Estaba demasiado
soleado para mí como para conducir en la ciudad, cuando conseguí acercarme a
Port Angeles; el sol estaba todavía demasiado alto, y, aunque mis ventanas
fueran oscuras, no había ninguna razón para tomar riesgos innecesarios. Riesgos
más innecesarios, debería decir
Estaba seguro que
sería capaz de encontrar los pensamientos de Jessica que eran más fuerte a la
distancia que los de Ángela, pero una vez que encontrase el primero, sería
capaz de enterarme del segundo.
Entonces, cuando
anocheciera, podría acercarme.
Por ahora, fui por
un camino bordeando la ciudad que parecía ser raras veces usado. (Lo dice como
si bordeara la ciudad y fuera un camino viejo, abandonado)
Yo conocía la
dirección general para buscar en Port Angeles -había realmente sólo un lugar
para comprar un vestido. No paso mucho antes de que encontrara a Jessica, que
giraba en una esquina el espejo, y yo al fin podía ver a Bella en su visión
periférica, valorando el vestido largo negro que ella llevaba. Bella todavía
miraba enfadada
—Te dije que no era
cierto —susurró Ángela a Jessica No puedo creer que la altere eso, al menos ella
sabe que tendrá una pareja para el baile de fin de curso.
¿Y si Mike no se
divierte en el baile, y él no me pregunta la próxima vez? ¿Y si él invita a
Bella para ir al baile de fin de curso? ¿Ella habría invitado a Mike al baile
si yo no hubiera dicho nada? ¿Piensa él que Bella es más bonita que yo? ¿Piensa
Bella que es más bonita que yo?
"Me gusta más
el azul. Ese realmente recalca tus ojos " Jessica se rió de Bella con
falsedad, mirándola con desconfianza. ¿Realmente piensa eso? ¿O quiere que me parezca
a una vaca el sábado?
Me canse de
escuchar a Jessica. Y busqué a Ángela ah, pero Ángela estaba en el probador de
vestidos, y salí rápidamente de su cabeza para darle intimidad. Bien, no había
mucho problema Bella podría entrar en los grandes almacenes. Las había dejado
en la tienda y luego volvería a escuchar cuando hayan terminado. No pasaría
mucho hasta que fuera oscuro - las nubes comenzaban a volver, desde el oeste.
Sólo podía vislumbrarlas entre los espesos árboles, pero podía ver como ellos adelantarían
a la puesta del sol y les di la bienvenida, ansiaba sus sombras más que alguna
otra vez. Mañana podría sentarme al lado de Bella en la escuela y monopolizar
su atención en el desayuno otra vez. Podría hacer todas las preguntas que había
estado guardando en mí…
Bella estaba
furiosa sobre la presunción de Tyler.
Había visto en su
cabeza, que Tyler lo había querido decir literalmente cuando había hablado de
la fiesta de fin de curso, que él la estaba invitando… Imaginé su expresión a
partir de aquella otra tarde - la incredulidad ultrajada - y me reí.
Me pregunté lo que
ella le diría sobre esto. Yo no quería omitir su reacción. El tiempo paso
lentamente mientras esperé las sombras para poder salir del auto. Revisé de vez
en cuando a Jessica; su voz mental era la más fácil para encontrar, pero no me
gustó pasar allí mucho tiempo. Observe el lugar donde planificaban comer. Sería
oscuro para la cena y…. Quizás, por casualidad escogiera el mismo restaurante.
Toque el teléfono en mi bolsillo, pensando en invitar a Alice a comer… le
gustaría esto, pero también querría dirigirse a Bella. Y no estaba seguro de
estar listo para tener a Bella más involucrada en mi mundo. ¿No era suficiente
problema un vampiro? Revisé rutinariamente a Jessica otra vez. Ella pensaba en
su joyería, preguntando la opinión de Ángela.
“Tal vez debería
comprar el collar de la otra tienda. Tengo en casa el que probablemente me
pondré y ya gasté más de mi presupuesto…” mi mamá va a estar furiosa. ¿Qué
estaría pensando?
"No me importa
volver a la tienda. ¿Piensas que Bella nos buscará?”
¿Qué era esto?
¿Bella no estaba con ellas? Miré fijamente através de los ojos de Jessica
primero, luego cambie a los de Ángela. Ellas estaban sobre la vereda delante de
una línea de tiendas, yendo por otro camino. Y Bella no estaba a la vista.
¿Ah, quién se
preocupa por Bella? Jess pensó con impaciencia, antes de contestar a la
pregunta de Ángela. "Ella es inteligente. Estaremos en el restaurante en
poco tiempo, incluso si volvemos a la otra tienda. De todos modos, pienso que
ella quiere estar sola." Conseguí brevemente vislumbrar en el pensamiento
de Jessica, la librería donde Bella había ido,
"Bueno
apresurémonos, entonces", dijo Ángela. Espero Bella no piense que la
abandonamos. Ella fue tan agradable con migo en el coche… es realmente una
buena persona. Ha parecido interesado en los Cullen todo el día. ¿Me pregunto
si es debido a Edward Cullen? Apostaría lo que fuera a que él era el porque de
que ella preguntara por su familia…
Debería haber
estado poniendo mayor atención. ¿Cuánto me había perdido aquí? ¿Bella estaba
caminando sola, y ella había estado preguntando por mí? Ángela prestaba
atención a Jessica que balbuceaba sobre aquel idiota Mike; ya no podría
conseguir nada más de ella.
Juzgué las sombras.
El sol estaría detrás de las nubes bastante pronto. Si me quedara del lado
oeste del camino, donde los edificios me protegerían del sol la calle de la luz
que se descoloraría…
Comencé a sentirme
ansioso cuando conduje por el tráfico escaso en el centro de la ciudad. No
había considerado esta posibilidad- A Bella paseando sola- y no tuve ni idea
como encontrarla. Yo conocía bien Port Ángeles; conduje directamente a la
librería en la cabeza de Jessica, esperando que mi búsqueda fuera corta, pero
la incertidumbre era lógica. ¿Cuándo alguna vez lo hizo Bella fácil?
Estaba seguro, que
la pequeña tienda vacía, excepto por la mujer anacrónicamente vestida detrás
del mostrador. No seria la clase de lugar al que Bella estaría interesada en
ir- ¿Me pregunté si ella se hubiera molestado en entrar? Había un pedazo de
sombra donde yo podría aparcar que hizo un sendero oscuro inmediatamente en
proyección de la tienda. Realmente no debería estar en las calles en horas de
luz solar, no era seguro. ¿Y si un coche pasaba y lanzaba la reflexión del sol
a la sombra justo en el momento incorrecto?
¡Pero yo no sabía
donde más buscarla! Aparque y me escapé, manteniéndome del lado más profundo de
la sombra. Crucé de un salto rápidamente a la tienda, notando el rastro débil
del olor de Bella en el aire. Ella había estado aquí, sobre la vereda, pero no
había ninguna indirecta de su fragancia dentro de la tienda. “¡Bienvenido!
¿Puedo ayudarte?”- la bibliotecaria comenzó a decir, pero yo ya estaba afuera.
Seguí el olor de Bella por donde la sombra me lo permitía, hasta que llegue al
borde donde la luz solar comenzaba.
Esto me hizo
impotente y me cerco el sentido por la línea entre la sobra oscura y la luz
estirándose a través de la calle delante de mí. Tan limitado. Yo sólo pude
adivinar que ella había seguido a través de la calle hacia el sur. No había
realmente mucho en aquella dirección. ¿Se habría perdido? Bien, aquella
posibilidad no sonó completamente mal. Regresé al coche y conduje despacio por
las calles, buscándola. Apreté el paso en unos otros parches de sombra, pero
sólo encontré su olor y una vez más la dirección que tomo me confundió. ¿Dónde
trataba ella de ir?
Conduje hacia
adelante y hacia atrás entre la librería y el restaurante unas veces, esperando
verla sobre su camino. Jessica y Ángela estaban ya allí, tratando de decidir si
ordenar, o esperar a Bella. Jessica insistía en pedir inmediatamente.
Comencé a
revolotear por las mentes de forasteros, examinando sus ojos. Seguramente,
alguien debe haberla visto en algún sitio. Me puse cada vez más nervioso
mientras pasaba el tiempo. No había pensado lo difícil que podría demostrar ser
encontrarla una vez, como ahora, ella estuviera fuera de mi vista y de sus
caminos normales. No me gustó esto.
Las nubes se
congregaban sobre el horizonte, y, en unos minutos más, Seria libre de
rastrearla a pie. No me tomaría mucho tiempo entonces. Era sólo el sol lo que
me hacia tan impotente. Solo unos pocos minutos más, y luego la ventaja sería
mía otra vez y sería el mundo humano el impotente a mi.
Una mente, y otra.
Tantos pensamientos triviales.
¿…pensar que él
bebé tiene otra infección del oído … era de 6 o 4 ah… "o seis ah cuatro
"…?
Tarde otra vez.
¡Debería decirle… aquí viene ella!
-¡¡ahá!! Allí, por
fin, era su cara. ¡Finalmente, alguien la había notado!-
El alivio duró para
sólo una fracción de segundo, y luego leí más profundamente los pensamientos
del hombre que se regodeaba con su cara en las sombras. Su mente era extraña
para mí, y sin embargo, no totalmente desconocida. Yo había cazado exactamente
tales mentes.
“¡No!” rugí, y una
volea de gruñidos estalló de mi garganta. ¿Mi pie empujó el acelerador al piso,
pero adónde iría? Solo conocía la ubicación general de sus pensamientos, pero
no era lo bastante específico. ¡Tenia que haber algo allí!- el letrero de la
calle, un frente de tienda, algo a su vista que descubriera su posición. Pero
Bella estaba en la profundidad de las sombras, y sus ojos se concentraron sólo
sobre su gozo ante la expresión asustada y de miedo allí. Su cara fue
enturbiada en su mente por la memoria de otras caras. Bella no era su primera
víctima.
El sonido de mis
gruñidos sacudió el marco del coche, pero no me distrajo. No había ventanas en
la pared detrás de ella. Era algún sitio industrial, lejos del distrito más
poblado donde se hacen las compras. Mi coche chilló alrededor de una esquina,
pase por delante de otro vehículo, que se dirigía en lo que esperé era la
dirección derecha. En ese tiempo otro conductor tocó la bocina, el sonido era
lejano detrás de mí. Mire su sacudida
El hombre rió en
silencio anticipandose al miedo que se dibujaria en ella– la parte de la que él
disfrutaria.
"apártese de
mí" la voz de ella era baja y estable, no un grito.
"No seas así,
ricura"
Él la miró
estremecerse ante una risa camorrista que llego por otra direccion. Él se
irrito por el ruido, ¡Jeff! Penso- pero él disfrutó del modo en que ella se
abatió. Esto lo excitó. Él comenzó a imaginarse sus súplicas, el modo que ella
pediría… yo no había comprendido que había otros con él hasta que oí la risa.
Exploré por él, desesperado por algo que yo pudiera usar para ubicarlo. Él iba
primero dirigiéndolos, doblando sus manos. Las mentes alrededor de él no eran
un pozo negro como la suya. Ellos ligeramente fueron embriagados, comprendiendo
como el hombre que ellos llamaron Lonnie ya había experimentado esto. Ellos
seguían la ventaja de Lonnie a ciegas. Les había prometido un poco de
diversión…
Uno de ellos echó
un vistazo calle abajo, nervioso - él no quiso seguir acosando a la muchacha -
y me dio lo que necesité. Reconocí la calle hacia la que él miró fijamente.
Volé bajo un disco rojo, que se desliza por un espacio justo lo bastante amplio
entre dos coches en el tráfico. Las bocinas resonaron detrás de mí.
Mi teléfono vibró
en mi bolsillo. No hice caso de ello. Lonnie se movió despacio hacia la
muchacha, terminando el suspenso - el momento de terror lo despertó. Él esperó
su grito, disponiéndose a saborearlo. Pero Bella cerró su mandíbula y se reforzó.
Él se sorprendió - había esperado que ella tratara de correr. Sorprendido y
ligeramente decepcionado. Le gustó ir en busca de su presa, la adrenalina de la
caza. Es valiente. Tal vez sea mejor, imagino…mas luchara ella. Yo estaba un
bloque lejos. El monstruo podría oír el rugido de mi motor ahora, pero él no le
puso atención, demasiado absorbido en su víctima.
Ya veremos como él
disfrutara de la caza cuando sea la presa, veremos lo que él pensara de mi
estilo de caza. En otro compartimento de mi cabeza, yo ya revisaba la gama de
torturas a las que había atestiguado en mis días vigilantes, buscando el más
doloroso de ellos. Él sufriría por esto, se retorcería en la agonía. Los demás
simplemente morirían por su parte, pero el monstruo llamado Lonnie pediría
morir mucho antes de que yo le diera aquel regalo. Él estaba en el camino,
cruzando hacia ella. Gire bruscamente en la esquina, y las luces del auto se
esparcieron a través de la escena el resto de ellos se congelo en el lugar. Yo
podría haber atropellado al líder, que saltó del camino, pero era una muerte
demasiado suave para él.
Luego ella alzó la
vista hacia mí -con la expresión más confiada que alguna vez había visto sobre
una cara humana- y todos mis proyectos violentos desmenuzados. Me tomo menos de
un segundo ver que no podría abandonarla en el coche para tratar con los cuatro
hombres en la calle. ¿Qué le diría yo, no mires? ¡¡Ajá!! ¿Cuándo alguna vez
hizo lo que le pedí? ¿Cuándo alguna vez ella hizo algo seguro? ¿Los arrastraría
lejos, de su vista, y la abandonaría sola aquí? ¡Era probable que otro humano
peligroso merodeara las calles de Port Ángeles esta noche, y no seria el
primero!
Como un imán, todas
las cosas peligrosas se dibujaron hacia ella. No podía alejarla de mi vista.
Esto parecería
parte del mismo movimiento, aceleré, llevándomela de sus perseguidores tan
rápidamente que ellos se quedaron mirando mi coche con expresiones perplejas.
Ella no reconocería mi instante de vacilación, asumiría que el plan era la fuga
a partir del principio.
Yo aún no podía
golpearlo con mi coche. Esto la asustaría. Quise su muerte tan ferozmente que
la necesidad de ello sonó en mis oídos, nubló mi vista y lleno de sabor mi
lengua. Mis músculos se contrajeron con la urgencia, el ansia, la necesidad de
ello. Tenia que matarlo. Yo pelaría de una manera lenta, arrancándole pedazo
por pedazo, la piel del músculo, el músculo del hueso…
Pero la muchacha -
la única muchacha en el mundo -se adhería a su asiento con ambas manos,
mirándome fijamente, sus ojos todavía grandes y completamente confiados. La
venganza tendría que esperar.
"Ponte el
cinturón de seguridad" le pedí.
Mi voz era áspera
con el odio y la sed de sangre. No la sed de sangre habitual. Yo no me
ensuciaría tomando ninguna parte de aquel hombre dentro de mí. Ella abrocho el
cinturón de seguridad, saltando ligeramente con el sonido que esto hizo. Aquel
pequeño sonido hizo que saltara, pero no se estremeció por como maneje por la
ciudad, haciendo caso omiso de todas las señales de tráfico. Podía sentir sus
ojos sobre mí. Ella parecía extrañamente relajada. Esto no tenia sentido para
mi- no con lo que ella acababa de pasar “¿Estas bien?” Preguntó, su voz a la
intemperie con la tensión y el miedo. ¿Ella queria saber si yo estaba bien?
Pensé en su
pregunta por una fracción de segundo. No era mucho tiempo para que ella notara
la vacilación. ¿Estaba bien?
"No",
respondí, y mi tono bulló con la rabia. Fui por el mismo camino abandonado
donde pase la tarde ocupada en la vigilancia más pobre alguna vez vista. Estaba
oscuro ahora bajo los árboles. Estaba tan furioso que mi cuerpo se congeló en
aquel lugar, completamente inmóvil. Hecho hielo - Mis manos cerradas ansiaron
aplastar a su atacante, molerlo en pedazos tan destrozados que su cuerpo nunca
podía ser identificado. Pero esto implicaría dejarla aquí sola, sin protección
en una noche oscura.
“¿Bella?” Pregunté
entre dientes.
"¿Sí?"
respondió con voz ronca limpiando su garganta. "¿Estás bien?" era
realmente la cosa más importante, la prioridad. La venganza era secundaria pero
mi cuerpo estaba tan lleno de rabia que era difícil pensar.
"Sí". Su
voz era todavía áspera - por el miedo, sin duda. Yo no podía abandonarla.
Incluso si ella no estaba en riesgo constante por alguna broma a la razón y
castigo el universo se aprovechaba de mí - incluso si pudiera estar seguro que
ella estaría perfectamente en una caja fuerte en mi ausencia, no podría
abandonarla sola en la oscuridad. Ella debe estar tan asustada.
Pero no estaba en
la mejor condición para consolarla - incluso si conociera exactamente como
debía lograrlo, no lo haría. Seguramente ella podría sentir la brutalidad que
yo irradiaba, seguramente era muy obvia. La asustaría aún más si no controlaba
la lujuria de la matanza que hervía dentro de mí. Tenia que pensar en algo más.
"Distráeme,
por favor" supliqué.
"¿Lo siento,
qué?" apenas tenía bastante control para tratar de explicar lo que
necesitaba.
"Limítate a
charlar de cualquier cosa insustancial hasta que me calme" instruí, con mi
mandíbula todavía cerrada. Sólo el hecho de que ella me necesitaba me sostuvo
dentro del coche. Podría oír los pensamientos del hombre, su decepción y
enfado… sabría donde encontrarlo… cerré mis ojos, deseando no poder ver de
todos modos…
“Um…” ella
vacilo-intentando dar sentido a mi petición, me imaginé.
“¿Mañana antes de
clase voy a atropellar a Tyler Crowley?” Dijo esto en forma de pregunta. Sí -
esto era lo que necesitaba. Desde luego Bella salio con algo inesperado. Como
lo había hecho antes, la amenaza de violencia que atravesaba sus labios era
alegre tan cómica era discorde. Si yo no hubiera estado quemándome con el
impulso de matar, me habría reído.
“¿Por qué?"
ladré forzandola a hablar otra vez.
"Va diciendo
por ahí que me va a llevar al baile de promoción... O está loco o intenta
hacerme olvidar que casi me mata cuando... Bueno, tú lo recuerdas, y cree que
la promoción es la forma adecuada de hacerlo. Estaremos en paz si pongo en
peligro su vida y ya no podrá seguir intentando enmendarlo. No necesito
enemigos, y puede que Lauren se apacigüe si Tyler me deja tranquila."
continuó ella, pensativa ahora.
"Aunque
también podría destrozarle el Sentra. No podrá llevar a nadie al baile de fin
de curso si no tiene coche...”
Era alentador ver
que ella a veces quería el mal. Pero la persistencia de Tyler no tenía nada que
ver con el accidente. Ella no parecía entender lo que le dijo a los muchachos
humanos en el instituto. ¿No vio la promesa que me había hecho, tampoco? Ah,
esto era costoso. Los procesos incomprensibles de su mente siempre me
absorbían. Comenzaba a ganar control, a ver algo más allá de la venganza y la
tortura…
"Me enteré
sobre esto," le dije. Ella había dejado de hablar, y la necesité para
terminar de calmarme.
¿Sí? Ella preguntó
con incredulidad. Y luego su voz sonaba más enfadada que antes.
“si está paralítico
del cuello para abajo, tampoco podrá ir al baile de fin de curso” Deseé que
hubiera algún modo de pedirle que siguiera con las amenazas de muerte y daños
corporales a otros. Ella no podía haber escogido un mejor camino para
tranquilizarme. Y su sarcasmo de palabras, solamente en su caso, hipérbolas -
era un recordatorio, que cariñosamente necesité en este momento. Suspiré, y
abrí mis ojos.
“¿Mejor?" ella
preguntó tímidamente.
"No
realmente."No, yo estaba más tranquilo, pero no mejor. Acababa de
comprender, que no podría matar al monstruo llamado Lonnie, pero todavía quería
hacerlo más que casi cualquier otra cosa en el mundo. Casi. La única cosa en
este momento que quise más que cometer un asesinato sumamente justificable, era
a esta muchacha. Y, aunque no pudiera tenerla, solamente el sueño de tenerla
hizo imposible para mí continuar con una juerga de matanza esta noche, sin
importar cuan defendible fuera tal cosa. Bella me mereció más que un asesino.
Había pasado siete
décadas tratando de ser otra cosa- algo diferente a un asesino. Aquellos años
de esfuerzo nunca podrían hacerme digno de la muchacha que se sienta a mí lado.
Y sin embargo, sentí que si devolvía aquella vida - la vida de un asesino - por
una noche, yo seguramente lo encontraría. Incluso si no bebía su sangre -
incluso si no tenía aquellas pruebas que hacen arder mis ojos al rojo vivo-
¿Ella sentiría la diferencia? Trataba de estar bien para ella. Era un objetivo imposible.
Pero seguiría intentando.
“¿Qué es lo que
pasa?” Ella susurró.
Su aliento llenó mi
nariz, y me recordó el por qué yo no podía merecerla. Después de todo esto…ella
todavía hacía agua mi boca. Le daría tanta honestidad como pudiera. Le debía esto.
"A veces tengo
un problema con mi carácter, Bella." miré fijamente hacia fuera en la
noche negra, deseando tanto que oyera el horror inherente en mis palabras como
también que no lo haga.
"Pero no me
conviene dar media vuelta y dar caza a esos..." solo el pensarlo casi me
tiró del coche. Suspiré, dejando la quemadura del olor debajo de mi garganta.
“Al menos, eso es
de lo que me intento convencer.”
“Ah” ella no dijo
nada más. ¿Cuánto había oído ella en mis palabras? Le eché un vistazo
furtivamente, pero su cara era ilegible. En blanco de la impresión, quizás.
Bien, no gritaba. No aún. Estuve tranquilo durante un momento. Pero estaba en
guerra conmigo, tratando de ser quien debería ser. Quien no podía ser.
"Jessica y
Ángela estarán preocupadas," dijo ella silenciosamente. Su voz era muy
tranquila, yo no entendía como. ¿Estaba ella en shock? Tal vez los
acontecimientos del atardecer no se habían asentado en ella aún. Como se
suponía, las encontraba. ¿Quiso estar lejos de mí? ¿O solo estuvo preocupada
por si sus amigos se asustaban por su ausencia?
No le contesté,
pero encendí el coche y retrocedí. Con cada pulgada con la que me acercaba a la
ciudad, más difícil se me hacia agarrarme a mi objetivo. ¿Estaba tan cerca de
él… si fuera imposible - si yo nunca pudiera tener, ni merecer a esta muchacha
entonces qué sentido tenia que aquel hombre quedara impune? Seguramente yo
podría permitirme tanto que no… yo no lo haria. No aún. Quise que ella se
rindiera.
Aparque en el
restaurante donde ella, se suponía, encontraría a sus amigas antes de que yo
hubiera comenzado a darle sentido a mis pensamientos. Jessica y Ángela ya
habían terminado de comer, y ambas ahora realmente estaban preocupadas por
Bella. Estaban pensando un modo de buscarla, marchándose a lo largo de la calle
oscura. Esta no era una buena noche para vagar-
“¿Cómo sabías
dónde...?" la pregunta inacabada de bella me interrumpió, y comprendí que
había cometido otra metida de pata. Había sido demasiado distraído para
acordarme de preguntarle donde, se suponía, encontraría a sus amigas. Pero, en
vez de terminar la pregunta y presionar el punto, Bella solo sacudió su cabeza
y medio rió. ¿Qué significaría esto? Bien, no tenía el tiempo para dar vueltas
a su aceptación extraña de mi conocimiento de forastero. Abrí mi puerta. ¿Qué
haces? Ella preguntó, pareciendo asustada. No dejando de mirarla. No
permitiéndomelo por solo esta noche. En aquel lugar. “Llevarte a cenar."
Bien debería ser
interesante. Se pareció a otra noche distinta, a la que yo me había imaginado a
Alice trayéndola y fingiendo escoger el mismo restaurante que Bella y sus
amigas por casualidad. Y ahora, aquí estaba, prácticamente en una cita con la
muchacha. De esto no se dio cuenta, porque yo no le daba una posibilidad para
decir no. Ella ya tenía su puerta entreabierta antes de que yo hubiera pasado
alrededor del coche - no era por lo general tan frustrante tener que moverse en
una velocidad discreta - en vez de esperar para que abra la puerta. ¿No espero
a esto porque no estaba acostumbrada al trato como una señora, o porque no
pensó en mí como un caballero? La esperé para unirme, poniéndome más deseoso al
ver que sus amigas continuaban hacia la esquina oscura.
“Detén a Jessica y
Ángela antes de que también deba buscarlas a ellas. Dudo que pudiera volver a
contenerme si me tropiezo otra vez con tus amigos". No, yo no sería
bastante fuerte para esto. Ella se estremeció, y luego rápidamente se apuro.
Fue medio paso hacia ellas, y las llamo:
“¡Jess! ¡Ángela!”
En voz alta. Se dieron vuelta, y ella agitó su brazo sobre la cabeza para
lograr su atención. ¡Bella! ¡Ah, ella esta bien! Ángela pensó con alivio.
“¡Es muy tarde!”
Jessica se le quejó pero también estaba agradecida que Bella no estuviera
perdida o lastimada. Esto me dio de Jess un poco más de lo que creía. Se
apresuraron a volver, y luego se pararon, impresionadas al verme al lado de
ella. ¡Uh-uh! Jess pensó, atontada. ¡Ningún camino libre!.
¿Edward Cullen? ¿Se
marchó sola para encontrarlo? Pero por qué pregunto si estaban en la ciudad si
sabia que él estaba aquí… conseguí un breve destello de la expresión
mortificada de Bella cuando pregunto a Ángela si mi familia se ausentaba a
menudo de la escuela. No, ella no podía haberlo sabido, decidió Ángela.
Los pensamientos de
Jessica se movían por delante de la sorpresa y la sospecha. Bella me estaba
resistiendo. “¿Dónde has estado?” Ella exigió, mirando fijamente a Bella, pero
mirándome de reojo
“Me perdí y luego
me encontré con Edward”. Dijo Bella, agitando una mano hacia mí. Su tono era
notablemente normal. Eso era realmente lo que había pasado. Debe estar en
shock. Era la única explicación de aquella tranquilidad. “¿Os importaría que me
uniera a vosotras?” Pedí - fui cortés; sabía que ya habían comido.
¡La mierda santa,
pero él es sexi! Jessica pensó, de pronto ligeramente incoherente. Ángela no
fue mucho más seria: ¡Él deseo que nosotras no hubiéramos comido! Wow!, solo,
Wow! ¿Podría hacerle esto a Bella?
"Eh, sí,
claro", Jessica estuvo de acuerdo. Ángela frunció el ceño.
"Um, de hecho,
Bella, lo cierto es que ya hemos cenado mientras te esperábamos..."
admitió ella.
"Perdona"
¿Qué? ¡Cállate!
Jess se quejó internamente.
Bella se encogió
por accidente. Tan a gusto. Definitivamente en shock.
"No pasa nada
- no tengo hambre" Dijo.
"Creo que
deberías comer algo" no discrepé. Ella necesita del azúcar en su torrente
sanguíneo - aunque ya oliera bastante a caramelo, pensé irónicamente. El horror
iba a venir cayendo sobre ella momentáneamente, y un estómago vacío no ayudaría.
Estaría más débil con facilidad, como sabía de la experiencia.
Estas muchachas no
estarían en ningún peligro si fueran directamente a casa. El peligro no acechó
sus pasos. Y yo prefería estar solo con Bella mientras ella estuviera dispuesta
a estar sola conmigo
“¿Os importa que
lleve a Bella a casa esta noche?” Dije a Jessica antes de que Bella pudiera
responder. “Así, no tendréis que esperar mientras cena"
"Eh, supongo
que no... Hay problema..." Jessica miró a Bella, buscando algún signo de
que esto era lo que ella quería. Quiero quedarme…pero ella probablemente lo
quiere para ella. ¿Quién no, no? Jess pensó. Al mismo tiempo, ella vio a Bella
guiñar un ojo. ¿Bella guiñó?
“De acuerdo"
Ángela dijo rápidamente, apresurada para estar fuera del camino si era lo que
Bella quería. Y pareció que realmente lo quería. “Os vemos mañana, Bella,
Edward..." luchó para decir mi nombre en un tono ocasional. Entonces
agarró la mano de Jessica y comenzó a remolcarla lejos.
Tendría que
encontrar algún modo de agradecer a Ángela por esto. El coche de Jessica estaba
en un círculo brillante de luz echada por un farol. Bella las miró con cuidado,
un pequeño pliegue de preocupación apareció entre sus ojos, hasta que
estuvieron en el coche, entonces debía estar totalmente consciente del peligro
en el que había estado. Jessica agitó su brazo al irse, y Bella la saludo
también. No fue hasta que el coche desapareciera que suspiró y se giro para
alzar la vista hacia mí.
"Francamente,
no tengo hambre" dijo ella. ¿Por qué habría esperado ella a que se fueran
para decir esto? ¿Realmente quería estar sola conmigo, incluso ahora, después
de la atestiguación de mi rabia homicida?
Si era este el caso
o no, ella iba a comer algo. "Compláceme" dije. Sostuve la puerta del
restaurante abierta para ella y esperé. Suspiró, y entro. Pase al lado de ella
hacia el mostrador donde la posadera esperó. Bella todavía parecía
completamente serena. Quise tocar su mano, su frente, comprobar su temperatura.
Pero mi mano fría la rechazaría, como había sucedido antes. –Ah… Mio,- la voz
mental bastante ruidosa de la posadera se metió en mi cabeza. -Mio, ah mío-.
Pareció ser mi
noche para hacer girar cabezas. ¿O sólo lo notaba yo porque deseaba tanto que
Bella me viera del mismo modo? Nosotros éramos siempre atractivos a nuestra
presa. Nunca había pensado tanto en ello antes. ¿Por lo general - a no ser que,
como con gente como Shelly Cope y Jessica Stanley, allí la repetición constante
fuera a superar el horror - el miedo dio patadas rápidamente después de la
atracción inicial …
"Una mesa para
dos" incité cuando la posadera no habló.
“Ah, er, sí.
Bienvenidos a la bella Italia.” ¡Mmm...! ¡Qué voz! "Por favor sígame"
sus pensamientos eran preocupadamente interesados. Tal vez ella es su prima. No
podía ser su hermana, no tiene la misma mirada. Pero familia, definitivamente.
Él no puede estar con ella.
Esos ojos humanos
estaban nublados, no vieron nada claramente. ¿Cómo podría ser que la mujer
importada encuentre mis trampas de señuelos físicas, para las presas tan
atractivas, y aún ser incapaz de ver la perfección suave de la muchacha a mi
lado?
Bien, no hay
ninguna necesidad de echarle una mano, por si acaso, la posadera pensó mientras
nos condujo a una mesa familiar en medio de la parte más atestada del
restaurante. ¿Puedo darle mi número mientras ella está allí…? Ella reflexionó.
Saque un billete de mi bolsillo trasero. La gente era invariablemente
cooperativa cuando el dinero estaba implicado. Bella ya tomaba el asiento que
la posadera indicada sin objeción. Sacudí mi cabeza hacia ella, y vaciló,
amartillando su cabeza con curiosidad. Sí, ella sería muy curiosa esta noche.
Una muchedumbre no era el lugar ideal para esta conversación.
"¿Quizás algo
más privado?" solicité a la posadera, dándole el dinero. Sus ojos se
ensancharon en la sorpresa, y luego se estrecharon mientras su mano se cerraba
alrededor del dinero.
“Seguro" Echó
una ojeada al dinero mientras nos condujo alrededor de una pared divisora.
¿Cincuenta dólares para una mejor mesa? Rico, también. Esto tiene otro
sentido-apuesto que su chaqueta cuesta más que mi último pago. Maldito. ¿Por
qué quiere intimidad con ella? Ella nos ofreció una cabina en una esquina
tranquila del restaurante donde nadie sería capaz de vernos - podría ver las reacciones
de Bella a lo que le dijera. No tenía ninguna pista a lo que ella querría de mí
esta noche. O que le daría. ¿Cuánto había adivinado ella? ¿Qué explicación de
los acontecimientos del atardecer se había hecho?
“¿Algo como
esto?" la posadera preguntó.
"Perfecto"
le dije y, sintiéndome ligeramente molesto por su actitud resentida hacia
Bella, le sonreí extensamente, excluyendo mis dientes. Le deje verme
claramente.
“Esto...” Él no
puede ser verdadero. Debo estar dormida. Tal vez ella desaparezca…talvez podría
escribir mi número sobre su plato con el Ketchup… ella divagó lejos,
catalogando ligeramente la imparcialidad. Todavía no estaba asustada. De pronto
recordé las burlas de Emmett sobre mí en la cafetería, hace tantas semanas.
Aposté que podría haberla asustado mejor que eso. ¿Estaba perdiendo mi marca?
“De veras, no
deberías hacerle eso a la gente” Bella interrumpió mis pensamientos en un tono
de desaprobación. “Es muy poco cortés”
Miré fijamente en
su expresión crítica. ¿Qué pensaba? No había asustado a la posadera en
absoluto, a pesar de mis intenciones.
"¿Hacer qué?”
"Deslumbrarla...
Probablemente, ahora está en la cocina híper ventilando.”
"¡Umm…!. Bella
estaba casi en lo justo. La posadera era sólo semicoherente en este momento,
describiendo su evaluación incorrecta de mí a su amigo del personal.
“Oh, venga"
Bella me regañó cuando no contesté inmediatamente. “Tienes que saber el efecto
que produces en los demás."
"¿Deslumbro a
la gente?" era un camino interesante la expresión de eso. Bastante exacto
para esta noche. Me pregunté por qué la diferencia…
“¿No te has dado
cuenta?” Preguntó, todavía crítica. “¿Crees que todos ceden con tanta
facilidad?”
"¿Te deslumbro
a ti?" expresé mi curiosidad impulsivamente, y luego las palabras salieron,
y era demasiado tarde recordarlas. Pero antes de que tuviera tiempo para
lamentar haberlo dicho en voz alta, ella contestó.
"Con
frecuencia" y sus mejillas tomaron un brillo débilmente rosado. La
deslumbré. Mi corazón silencioso aumentaba con la esperanza más intensa que yo
alguna vez podría recordar haber sentido.
"¡Hola!"
alguien dijo, la camarera, introduciéndose. Sus pensamientos eran ruidosos, y
más explícitos que la posadera. Miré fijamente la cara de Bella en vez de a la
audiencia, mire la sangre que se extendía bajo su piel, notando como esto hizo
una llama en mi garganta, pero más bien como esto se reflejaba en su cara,
poniendo color crema su piel …
La camarera
esperaba algo de mí. Ah, ella había pedido nuestra orden de bebida. Seguí
mirando fijamente a Bella, y la camarera de mala gana giro para mirarla,
también. "¿Tendrá una coca?" Bella dijo, como si esperara una
aprobación "Dos cocas" me enmendé. La sed normal de sed, humana - era
un signo de shock. Me aseguraría que tuviera el azúcar suplementario de la
gaseosa en su sistema. Se veía sana, aunque más que sana, radiante.
"¿Qué
pasa?" exigió saber - preguntando por qué yo la miraba fijamente, adiviné.
Era vagamente consciente que la camarera se había marchado
"¿Cómo te
sientes?" pregunté. Parpadeó, sorprendida por la pregunta.
“Estoy bien”
"¿No tienes
mareos, ni frío, ni malestar...? Y " ella estaba más confundida ahora.
“¿Debería?"
"Bueno, de
hecho esperaba que entraras en estado de shock.”Medio reí, esperando su negación.
Ella no quería que la cuidaran.
Le tomó un minuto
contestarme. Sus ojos ligeramente se desenfocaron, miraba así a veces, cuando
me reí de ella. ¿Estaba… deslumbrada? Eso me gustaría creer.
“Dudo que eso vaya
a suceder. Siempre se me ha dado muy bien reprimir las cosas
desagradables.”Contestó, un poco sin aliento. ¿Tendría mucha práctica con cosas
desagradables, entonces? ¿Su vida siempre estaba en riesgo?
"Da
igual" le dije. "Me sentiré mejor cuando hayas tomado algo de glucosa
y comida."
La camarera volvió
con las cocas y una cesta de pan. Ella los puso delante de mí, y pidió mi
orden, tratando de obtener mi mirada en el proceso. Indiqué que debería asistir
a Bella, y se volvió hacia ella. Tenía una mente vulgar.
"Umm…"
Bella echó un vistazo rápidamente al menú. “Tomaré el raviolis de setas"
la camarera giro hacia mi con impaciencia.
"¿Y
usted?"
"Nada para
mí."
Bella hizo una cara
leve. ¡Um!. Debe haber notado que nunca como. Notó todo. Yo siempre me olvidaba
de ser cuidadoso a su alrededor. Esperé a que estuviéramos solos otra vez.
"La
bebida", insistí. Estuve sorprendido cuando condescendió inmediatamente y
sin objeción. Bebió hasta que el cristal estuvo completamente vacío, entonces
empujé la segunda coca hacia ella, frunciendo el ceño un poco. ¿Sed, o shock?
Bebió un poco más, y se estremeció.
“¿Tienes
frío?"
"Es sólo la
coca" dijo, pero tembló otra vez, sus labios vibraron ligeramente como si
sus dientes estuvieran a punto de castañear. La bonita blusa que llevaba era
demasiado delgada para protegerla suficientemente; esta se le adhirió como una
segunda piel, casi tan frágil como la primera. Ella era tan frágil, tan mortal.
“¿No tienes una
chaqueta?"
"Sí".
Ella miró alrededor de si misma, un poco perpleja.
"Vaya, me la
he dejado en el coche de Jessica." le di mi chaqueta, deseando que el
gesto no fuera estropeado por mi temperatura corporal. Habría sido agradable
haber sido capaz de ofrecerle un abrigo caliente. Ella me miró fijamente, sus
mejillas se ruborizaban otra vez. ¿Qué pensaba ella ahora?
La di la chaqueta a
través de la mesa, y se la puso inmediatamente, y se estremeció otra vez. Sí,
sería muy agradable ser caliente.
"Gracias",
dijo. Suspiró, y empujó las mangas largas hacia atrás para liberar sus manos.
Tomó otro aliento profundo. ¿Finalmente le haría efecto lo sucedido en la
tarde? Su color todavía estaba bien; su piel era de crema y rosas contra el
profundo azul de su camisa.
"Tu piel tiene
un aspecto encantador con ese color azul" le comente. Solo siendo honesto.
Enrojeció, mejorando el efecto. Tenía buen aspecto, pero no había ninguna razón
para desechar posibilidades. Le acerque la cesta del pan.
“Realmente,"
se opuso, adivinando mis motivos.
"No entrare en
shock"
"Pues
deberías, una persona normal lo haría, y tú ni siquiera pareces alterada."
la miré fijamente con desaprobación, preguntándome por qué ella no podía ser
normal y estar perpleja por lo que había pasado.
“Me siento segura
contigo" dijo, sus ojos, otra vez, llenos de confianza. La confianza que
no merecía.
Sus instintos eran
del todo incorrectos. Debe ser el problema. Ella no reconoció el peligro de la
manera que un ser humano debería hacerlo. Ella tenía una reacción contraria.
¿En vez de correr, ella tardó, pensando que debería asustarla… como podría
protegerla de mí cuando ninguno de nosotros quiso esto?
"Esto es más
complicado de lo que había imaginado" murmuré. Podría verla volcar mis
palabras en su cabeza, y me pregunté lo que hizo con ellos. Tomó un grisin y
comenzó a comer sin parecer consciente de la acción. Masticó durante un
momento, y apoyó su cabeza a un lado pensativamente.
“Normalmente estás
de mejor humor cuando tus ojos brillan" dijo en un tono ocasional. Su
observación, que indicaba aquel hecho me dejó atónito.
"¿Qué?"
"Estás de mal
humor cuando tienes los ojos negros. Entonces, me lo veo venir, tengo una
teoría al respecto" añadió ligeramente. Entonces ella se había venido
haciendo su propia explicación. Desde luego la tenía. Sentí un profundo temor
al preguntarme cuan cerca estaba de la verdad
"¿Más
teorías?"
"Aja!".
Dijo y masticó otro poco, completamente despreocupada. Como si no hablara de
los aspectos de un monstruo con el monstruo mismo.
“Espero que esta
vez seas más creativa…" mentí cuando no siguió. Lo que realmente esperaba
era que estuviera a millas de la verdad.
“¿O sigues tomando
ideas de los cómics?"
"Bien, no, no
lo conseguí de un cómic," dijo ella, un poco avergonzada.
"Pero tampoco
me la he inventado."
"¿y?"
pregunté entre mis dientes. Seguramente no hablaría con tanta calma si
estuviera a punto de gritar. Vaciló, mordiendo su labio, la camarera reapareció
con la comida para Bella. Le puse poca atención a la camarera cuando puso el
plato delante de Bella y luego preguntó si quería algo. Disminuí, pero pedí más
coca. La camarera no había notado los vasos vacíos. Los tomó y se marchó.
“¿Qué decías?"
incité con inquietud en cuanto estuvimos solos otra vez.
“Te lo diré en el
coche. Si...” Dijo en voz baja. Ah, esto era malo. No estaba dispuesta a hablar
de sus conjeturas alrededor de otros.
"Si…" me
sentí como si me clavaran tachuelas
"¿Hay
condiciones?" estaba tan tenso que casi gruñí las palabras.
"Realmente
tengo preguntas, desde luego."
"Desde
luego," estuve de acuerdo. Sus preguntas probablemente serían bastante
para decirme adonde se dirigían sus pensamientos. ¿Pero cómo le contestaría?
¿Con una mentira responsable? ¿O la ahuyentaría con la verdad? ¿O no diría
nada, incapaz de decidir?
Estuvimos en
silencio mientras la camarera rellenó su suministro de gaseosa.
"Bien,
continua" dije, con la mandíbula cerrada, cuando la camarera se fue.
“¿Por qué estás en
Port Ángeles?” Era una pregunta demasiado fácil - para ella, y no me daba
información, mientras que mi respuesta, de ser verídico, le regalaría demasiada
a ella. Entonces decidí dejarla en suspenso.
"Después",
dije.
“Pero ésa es la más
fácil"
“Después,"
dije otra vez.
Estaba frustrada
por mi negativa. Ella alejo su mirada, hacia a su alimento. Despacio, para
pensar seriamente, tomó un raviol y masticó con deliberación. Lo acompaño con
más coca, y finalmente alzó la vista hacia mí. Sus ojos eran estrechos con la
sospecha.
“En tal caso, de
acuerdo" dijo. “Supongamos que, hipotéticamente, alguien es capaz de...
Saber qué piensa la gente, de leer sus mentes, ya sabes, salvo unas cuantas
excepciones." podría ser peor.
Eso explicó su risa
en el coche. Era rápida - nadie más alguna vez había adivinado esto sobre mí.
Excepto Carlisle, y había sido bastante obvio entonces, al principio, cuando
había contestado todos sus pensamientos como si él me hubiera hablado. Él lo
había entendido antes que yo… esta pregunta no era tan mala. Mientras era claro
que ella sabía que allí se equivocó, no era tan serio como podría haber sido.
La telepatía no era, después de todo, una faceta de la vida de vampiro.
Acompañé su hipótesis. "Solo una excepción," corregí.
"Hipotéticamente".
Ella lucho contra
una sonrisa - mi honestidad vaga la complació.
"Bien, con una
excepción, entonces. ¿Cómo funciona? ¿Qué limitaciones tiene? ¿Cómo podría ese
alguien... encontrar a otra persona en el momento adecuado? ¿Cómo sabría que
está en un apuro? ¿Hipotéticamente?". Sus labios tensos, y sus ojos
marrones líquidos estaban impacientes.
"Bien",
vacilé. “Bueno, si... ese alguien…"
"Llamémosle
'Joe', " sugirió. Me reí de su entusiasmo. ¿Realmente pensaba que la
verdad sería algo bueno? ¿Si mis secretos fueran agradables, por qué se los
ocultaría?
"En ese caso,
Joe" estuve de acuerdo. “Si Joe hubiera estado atento, la sincronización
no tendría por qué haber sido tan exacta" sacudí mi cabeza y reprimí un
estremecimiento al pensar cuan cerca había estado de llagar muy tarde. “Sólo tú
podrías meterte en líos en un sitio tan pequeño. Destrozarías las estadísticas
de delincuencia para una década, ya sabes" sus labios se curvaron hacia
abajo en las esquinas, poniendo mala cara "Hablábamos de un caso
hipotético." me reí de su irritación. Sus labios, su piel… ellos miraban
tan suaves. Quise tocarlos. Quise presionar mi yema del dedo contra la esquina
de su ceño y levantarlo. Imposible. Mi piel sería repelente a ella.
"Sí,
cierto" dije, volviendo a la conversación antes de que pudiera deprimirme
demasiado.
"¿Que tal si
le llamamos 'Jane'?" Se inclinó a través de la mesa hacia mí, todo el mal
humor y la irritación se había ido de sus amplios ojos.
“¿Cómo lo
supiste?" preguntó, su voz era baja e intensa. ¿Debería decirle la verdad?
¿Y, si es así, qué parte? Quise decirle. Quise merecer la confianza que todavía
podía ver en su cara.
“Puedes confiar en
mí, ya lo sabes" me susurró, y estiro una mano adelante como si fuera a
tocar mis manos donde descansaban sobre la mesa vacía, delante mío.
Tire el pensamiento
de que odiaría su reacción de rechazo a mi piel frígida de piedra - y ella dejó
caer su mano. Sabía que podría confiar en ella la protección de mis secretos;
ella tenía toda mi confianza, y mi corazón. Pero no podía confiar en ella para
no horrorizarla. La verdad era el horror.
“No sé si tengo
otra alternativa" murmuré. Recordé que una vez le tome el pelo llamándola
'excepcionalmente distraída'. Se había ofendido, si había juzgado sus
expresiones correctamente. Bien, podría del derecho una injusticia, al menos.
"Me equivoqué.
Eres mucho más observadora de lo que pensaba" y, aunque ella no pudiera
comprenderlo, ya le había dado mucho crédito. Y no omitió nada.
"Pensé que
siempre tenias razón" dijo ella, riendo tomándome el pelo.
"Así solía
ser" solía saber lo que hacía. Solía estar siempre seguro de mi mismo. Y
ahora todo era el caos y el tumulto. Aún no lo comprendía. No quise la vida con
sentido. No si el caos significaba que yo podía estar con Bella.
"Hay otra cosa
en la que también me equivoqué contigo" continué, batiendo record del
registro directamente sobre otro punto.
"No eres un
imán para los accidentes... Esa no es una clasificación lo suficientemente
extensa. Eres un imán para los problemas. Si hay algo peligroso en un radio de
quince kilómetros, inexorablemente te encontrará.” ¿Por qué ella? ¿Qué había
hecho ella para merecer esto?
Su cara giró seria
otra vez.
“¿Te incluyes en
esa categoría?" la honestidad era más importante para esta pregunta que
para cualquier otra.
"Sin lugar a
dudas". Sus ojos se estrecharon ligeramente - no de forma sospechosa, pero
de una manera extraña con preocupación. Estiro su mano a través de la mesa otra
vez, despacio y deliberadamente. Retiré mis manos una pulgada de distancia de
ella, pero no hizo caso de esto, determinada a tocarme. Sostuve mi aliento - no
debido a su olor ahora, pero debido a la tensión repentina, aplastante. Miedo.
Mi piel la repugnaría. Ella se escaparía. Entonces cepilló la yema de sus dedos
ligeramente a través del dorso de mi mano. El calor de su toque apacible,
dispuesto, no se pareció a nada que alguna vez haya sentido. Esto habría sido
el placer casi puro, excepto por mi miedo. Miré su cara como ella sintió la
piedra fría de mi piel, todavía incapaz de respirar. Una sonrisa levantó las
esquinas de sus labios.
"Gracias,"
dijo, mirándome, fijamente con una mirada intensa propia de ella.
"Es la segunda
vez" sus dedos suaves se quedaron en mi mano como si encontraran agradable
el estar allí. Le contesté tan por accidente como fui capaz.
“No dejarás que
haya una tercera, ¿de acuerdo?” Ella no me lo reprocho, pero cabeceó
afirmativamente. Retiré mis manos de debajo de la suya. Tan exquisito como su
toque se sintió, no iba a esperar la magia de su tolerancia para, dar vuelta a
la repulsión. Oculté mis manos bajo la mesa.
Leí sus ojos; aunque
su mente fuera silenciosa, podía percibir tanta confianza como para preguntarme
allí. Comprendí en aquel momento que quise contestar sus preguntas. No porque
se lo debía. No por querer que confiara en mí. Sino porque quise que me
conociera.
"Te seguí a
Port Ángeles" le dije , las palabras salían en tropel demasiado rápido
para corregirlas. Yo conocía el peligro de la verdad, el riesgo que tomaba. En
cualquier momento, ella tranquilamente podría romper en la histeria. De un modo
contrario, sabiendo esto me puse a hablar más rápido.
"Nunca antes
había intentado mantener con vida a alguien en concreto, y es mucho más
problemático de lo que creía, pero eso tal vez se deba a que se trata de ti. La
gente normal parece capaz de pasar el día sin tantas catástrofes.”
La mire, esperando
su reacción. Ella rió. Sus labios se curvaron hacia arriba encima en los
bordes, y sus ojos de chocolate se calentaron. Yo acababa de admitir que la
estaba acechando, y ella sonreía..
“¿Crees que me
había llegado la hora la primera vez, cuando ocurrió lo de la furgoneta, y que
has interferido en el destino?” Ella preguntó.
"esa no fue la
primera vez" dije, apartando la vista hacia el piso oscuro, y mis hombros
inclinados en la vergüenza. Mis barreras estaban bajas y la verdad todavía se
derramaba imprudentemente.
"La primera
fue cuando te conocí" era verdad, y esto me enfadó. Yo había colocado su
vida sobre la lámina de una guillotina. Era como si ella hubiera sido marcada
para morir por algún destino cruel, injusto, y - ya que yo había demostrado ser
un instrumento descompuesto - el mismo destino siguió tratando de ejecutarla.
Me imaginé al destino personificando-a una bruja espantosa, celosa, una arpía
vengativa. Quise hacer responsable a alguien de esto de modo que pudiera hacer
algo para luchar en su contra. Alguien a quien destruir, de modo que Bella
pudiera estar segura. Ella estaba muy tranquila; su respiración se había
acelerado. Alcé la vista hacia ella, sabiendo que finalmente vería el miedo que
esperaba. ¿Acababa de admitir cuan cerca había estado de su muerte? Más cerca
que cuando la furgoneta había venido a aplastarla. Y sin embargo, su cara
todavía estaba relajada, sus ojos estaban apretados sólo por el interés.
“¿Lo recuerdas?”
Ella tenía que recordarlo.
"Sí",
dijo, con serenidad, sus profundos ojos estaban llenos de conciencia. Ella
sabía que había querido asesinarla. ¿Dónde estaban los gritos?
“Y aun así estás
aquí sentada” dije, advirtiendo la contradicción inherente.
"Sí, estoy
aquí... Gracias a ti" su expresión cambió, fue un giró curioso, el como
cambio mi versión.
“Porque de alguna
manera has sabido encontrarme hoy”. Sin esperanzas, empujé otra vez contra la
barrera que protegía sus pensamientos, desesperado por entender. Esto no me dio
ningún sentido lógico. ¿Cómo aún podía preocuparse por el resto con aquella
verdad evidente sobre la mesa?
Ella esperó,
curiosa. Su piel era pálida, que era natural para ella, pero esto todavía me
concernía. Su cena estaba casi intacta delante de ella. Si seguía diciéndole
demasiado, iba a necesitar un colchón cuando el shock le cayera encima.
Entonces indique mis condiciones
“Tú comes y yo
hablo" procesó esto durante medio segundo, y lanzó un raviol a su boca con
una velocidad que desdibujo su tranquilidad. Estaba más ansiosa por mi
respuesta
"Seguirte el
rastro es más difícil de lo habitual" le dije.
"Normalmente
puedo hallar a alguien con suma facilidad siempre que haya «oído» su mente
antes" miré su cara con cuidado cuando dije esto. Aceptar era una cosa,
confirmar era otra.
Esperaba inmóvil, y
tenía sus ojos bien abiertos. Me sentí apretar los dientes, esperando su
pánico. Pero ella solo parpadeó una vez, tragado fuerte, y luego rápidamente
envío otro raviol a su boca. Quería que siguiera
"Vigilaba a
Jessica sin mucha atención..." continué, mirando como cada palabra me
hundía más.
“Como te dije, sólo
tú puedes meterte en líos en Port Ángeles." yo no podía resistirme a la
adición de esto. ¿Comprendió que otras vidas humanas no eran tan molestadas con
experiencias cercanas a la muerte, o pensó que ella era normal?
Ella era lo más
lejano a lo normal que yo alguna vez había encontrado.
“Al principio no me
di cuenta de que te habías ido por tu cuenta y luego, cuando comprendí que ya
no estabas con ellas, fui a buscarte a la librería que vislumbré en la mente de
Jessica. Te puedo decir que sé que no llegaste a entrar y que te dirigiste al
sur. Sabía que tendrías que dar la vuelta pronto, por lo que me limité a
esperarte, investigando al azar en los pensamientos de los viandantes para
saber si alguno se había fijado en ti, y saber de ese modo dónde estabas. No
tenía razones para preocuparme, pero estaba extrañamente ansioso…" mi
aliento vino más rápido cuando recordé el sentimiento de pánico. Su olor ardió
en mi garganta y me alegré. Este era un dolor que quería decir que ella estaba
viva. Mientras me quemara, ella estaría segura.
“Comencé a conducir
en círculos, seguía alerta." esperé que lo que decía tuviera sentido para
ella. Esto debía serle confuso.
“El sol se puso al
fin y estaba a punto de salir y seguirte a pie cuando..." la memoria
volvió a mí el recuerdo perfectamente claro y como si yo estuviera viviéndolo
de nuevo. Sentí la misma furia cruel esparcirse por mi cuerpo, encerrándolo en
el hielo. Lo quise muerto. Lo necesité muerto. Mi mandíbula se apretó tratando
de concentrarme aquí en la mesa. Bella todavía me necesitaba. Era lo que
importaba.
“¿Qué pasó
entonces?” Susurró, sus ojos oscuros se abrían.
“Oí lo que
pensaban” dije entre dientes, incapaces de impedir a las palabras salir en un
gruñido.
“Y vi tu rostro en
sus mentes.”
Me costaba
resistirme al impulso de matar. Yo todavía conocía con precisión donde
encontrarlo. Sus pensamientos negros aspirados en el cielo de la noche,
tironeándome… cubrí mi cara, conociendo mi expresión debía ser la de un
monstruo, un cazador, un asesino. Fijé la imagen de ella detrás de mis ojos
cerrados para controlarme, enfocándome sólo en su cara. El marco delicado de
sus huesos, la vaina delgada de su seda pálida parecida a una piel estirada
sobre el cristal, increíblemente suave y fácil de romperse. Ella era demasiado
vulnerable para este mundo. Necesitaba un protector. Y, por algún mal manejo
retorcido del destino, yo era la cosa más cercana disponible.
Traté de explicar
mi reacción violenta de modo que ella entendiera.
"Resultó duro,
no sabes cuánto, dejarlos... Vivos" susurré. “Te podía haber dejado ir con
Jessica y Ángela, pero temía que, si me dejabas solo, iría por ellos.”
Era la segunda vez
esta noche, que confesaba un intento de asesinato. Al menos éste era
defendible. Estaba tranquila mientras luchaba para controlarme. Escuché el
latido de su corazón. El ritmo era irregular, pero este era más lento a medida
que avanzaba el tiempo hasta que fue estable otra vez. Su respiración, también,
era baja pero
Yo estaba muy cerca
de flaquear. ¿Si encontraba su casa… lo mataría yo, entonces? ¿Volvería a ser
un asesino cuándo ella confió en mí? ¿Había algún camino que me frenara? Había
prometido decirme su última teoría cuando estuviéramos solos. ¿Querría oírla?
¿Yo estaba ansioso de eso, pero la recompensa por mi curiosidad era peor que no
saber? Por lo menos, ella consiguió mucha verdad para una noche. La miré otra
vez, y su cara estaba más pálida que antes, pero se compuso.
“¿Estás lista para
ir a casa?" pregunté.
"Lo estoy para
salir de aquí” dijo, escogiendo sus palabras con cuidado, como si un simple
'sí' no expresara lo que ella quería decir.
Frustración.
La camarera volvió.
Había oído la última declaración de Bella al estar nerviosa del otro lado del
mostrador, preguntándose que más podría ofrecerme. Quise girar mis ojos en
algunos ofrecimientos que ella había tenido en mente.
“¿Qué tal todo?” Me
preguntó.
"Dispuestos
para pagar la cuenta, gracias" le dije, mirando a Bella. La respiración de
la camarera estaba congelada momentáneamente – por usar a Bella deslumbrándola
con mi expresión. En un momento repentino de percepción, oyendo el camino que
mi voz tomaba en la cabeza de este humano inconsecuente, comprendí por qué
parecí atraer tanta admiración esta noche inestropeada por el miedo habitual.
Era debido a Bella.
Intentando tanto
ser seguro para ella, para ser menos espantoso, para ser humano, yo realmente
había perdido mi marca. La gente vio sólo la belleza ahora, con mi horror
innato tan controlado. Alcé la vista a la camarera, esperando se recupere. Esto
era cómico, ahora que entendí la razón.
"Seguro",
tartamudeó. "Aquí la tiene." me dio la carpeta con la cuenta,
pensando en la tarjeta en la que había deslizado detrás del recibo, con su
nombre y número de teléfono. Sí, era bastante gracioso. Yo tenía el dinero
listo otra vez. Devolví la carpeta inmediatamente, entonces no se gastaría
esperando una llamada que nunca recibiría.
“Quédese con el
cambio.” Le dije, esperando que el tamaño del vuelto aliviaría su decepción. Me
levante y Bella me siguió rápidamente. Quise ofrecerle mi mano, pero pensé que
podría empujar mi suerte demasiado lejos para una noche. No agradecí a la
camarera, mis ojos nunca dejaron la cara de Bella. Que pareció encontrar algo
divertido, también. Camine tan cerca de ella como me atreví, el calor que
emanaba su cuerpo era lo bastante fuerte para parecerse a un toque físico
contra el lado izquierdo de mi cuerpo.
Sostuve la puerta
para ella, suspiró silenciosamente, y me pregunté que pesar la hizo triste. La
mire a los ojos, para preguntarle, cuando de repente miró hacia el suelo,
pareciendo avergonzada. Esto me dio más curiosidad, pero estaba menos dispuesto
a preguntar. El silencio entre nosotros continúo mientras abrí su puerta del
auto y entró en el coche. Encendí la calefacción- dado que la noche fría cayo
abruptamente y el coche frío debía ser incómodo para ella. Se acurruco en mi
chaqueta, con una pequeña sonrisa sobre sus labios.
Esperé, aplazando
la conversación hasta que las luces de la ciudad se alejaron. Lo que me hizo
sentirme más solo con ella. ¿Era lo correcto? Ahora que me concentraba sólo en
ella, el coche parecía muy pequeño. Su olor se arremolinó en él con la
corriente de la calefacción, construyéndolo y reforzándolo. Esto se convirtió
en su propia fuerza, como otra entidad en el coche. Una presencia que exigió
reconocimiento. Me quemaba. La combustión era aceptable, aunque me pareció de
una manera extraña apropiada. Me habían dado tanto esta noche más de lo que
había esperado. Y ella estaba aquí todavía de buen modo a mi lado. Le debía
algo a cambio de esto. Un sacrificio. Un ofrecimiento quemado.
Ahora, si yo solo
podría mantener esto; solo la quemazón, y nada más. Pero el veneno llenó mi
boca, y mis músculos se tensaron con anticipación, como si yo estuviera de
caza… tuve que mantener tales pensamientos fuera de mi mente. Yo sabía que me
distraería.
"Ahora",
le dije, el miedo de su respuesta me llevo al borde de la quemazón "Te
toca a ti”.
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