“Los auto-identificados como vampiros reales son gente común que cree que necesitan energía extra para sentirse bien física, psicológica y espiritualmente, balanceados y saludables. Entre ellos toman esa energía de la ‘alimentación’”, explica al Sí! el sociólogo de la Universidad de Idaho y escritor freak D.J. Williams, dedicado hace años a investigar el tema.
De Bram Stoker a esta parte, la fascinación juega a favor del tema. Sin embargo, la subcultura sanguínea de los verdaderos vampiros tuvo sus contras en las últimas décadas: riesgos como el Sida. ¿Todo bajo control ahora? Nah. Pero igual las comunidades crecen. Como la Alianza de Vampiros de Atlanta. “Atlanta Vampire Alliance hizo una investigación sobre los vampiros reales. De hecho en su sitio ( www.atlantavampirealliance.com ) se los puede contactar directamente. Recomiendo hablar con Meticus”.
–¿Por qué te interesó esta subcultura? –Inicialmente, pasé un tiempo considerable con una mujer que se identificaba como vampiro. Mucho de mi trabajo implica analizar el discurso social que condiciona ciertos grupos como éste. Pronto, voy a recoger información sobre “vampiros reales” para proponer un intercambio con doctores y terapeutas.
D.J. Williams, que tiene un apartado especial sobre el tema en su web ( www.deviantleisure.com ) participó también en un proyecto de documental de Kirschenbaum Productions en Nueva York. Están esperando que una cadena de televisión acepte el proyecto. En tanto, él detalla que ellos pueden tener distintas edades, religiones, géneros, orientación sexual u ocupaciones. Y que viven en diferentes países. Y, lo más morboso del tema, cómo es la “alimentación”: “toman pequeñas porciones de sangre de un compañero. Y lo hacen de forma segura y consentida. Puede ser una experiencia íntima y muy comprometida”.
fuente clarin
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