Después de aquella noche en Rivertown, Lucas estuvo silencioso.
Endurecido. Él continuaba tendiéndome la mano. Buscando cosas divertidas
para que hiciéramos juntos –era cada vez más obvio para mí- y sin duda
para él también, ésa era su forma desesperada de hacer frente a aquello.
Y lo único que podía hacer era apoyarlo.
Cada vez que él lograba estar un poco más animado, quizás durante un día o dos, pero luego había algo que lo deprimía otra vez.
Un par de días después, lo espié en su clase de cálculo una que generalmente me saltaba puesto que ya la había tomado el año anterior y había sido suficiente. Cómo era usual Lucas se sentaba al fondo del salón. Pero esta vez no había ninguna barrera invisible alrededor de él. Un par de chicos -chicos vampiro- estaban cerca de él y le prestaban más atención a él que al cálculo que había escrito en el pizarrón.
Me acerqué un poco más y escuché a Lucas susurrar: “Corta ya, ¿ok Samuel?”
El de la punta era Samuel, un nuevo estudiante.
“No puedo cortarlo. Lo sabes tan bien como yo. Tú puedes olerlo también. ”
Otros de los chicos se volvieron hacia adelante, mirando a una chica sentada dos filas más a la derecha, con su cabello rubio.
“Respíralo. Nada mejor que esa chica para provocar.”
Nunca imaginé que los chicos vampiros pudieran oler cuando las chicas humanas tenían sus períodos. Una mortificación retroactiva me golpeaba uno por cada mes que había pasado allí durante dos años. Si tuviera un cuerpo estaría claramente toda roja.
Lucas miró mortificado también, pero ése no era su verdadero problema. Samuel y sus amigos no estaban tratando d embarazarlo, sino de ponerlo hambriento.
Samuel dijo cerca del oído de Lucas: “Tú sólo tienes que pasar el verano eh cazador. Pero tú nunca has matado a alguien. Nunca has tenido sangre humana fresca ¿Pero tú la quieres no?”
Él apretó sus manos contra su escritorio. Sus nudillos se volvieron blancos. Dejó caer las notas que él había estado tomando, obviamente para dejar de ver lo que no quería.
“Este lugar es como un maldito buffet ‘Todo-lo-que-puedas-comer-en-el-día’” Dijo Samuel. “Tantos humanos. Tantas chicas ¿No quieres un trago Lucas? ¿O es que la cruz negra también te hizo entrenar para no alimentarte?”
“Cierra la maldita boca.”
La voz de Samuel era solo un murmullo ahora.
“Tú vas a estar hambriento. Tendrás cada vez más hambre y el hambre dominará tus pensamientos. Una linda chica como aquella quizás. Algún día caerás cazador. Algún día mataras.”
Lucas cerró sus ojos fuertemente.
Suficiente, decidí. Floté por el piso hasta su escritorio. Fuerte y fría fui extendiéndome sobre él. Cubriéndolo al escritorio y luego a él.
Él cayó hacia atrás tirando libros y papeles por todos lados. Los demás comenzaron a gritar. El profesor Raju se cruzó de brazos y dijo: “Jovencito usted nunca aprenderá el balance de las ecuaciones si no puede mantener su propio balance.” El profesor intentó hacer una broma pero los demás aún estaban un tanto asustados. Samuel miraba furioso pero repentinamente se mostró seguro. Sabía que no podría hacer reír a nadie durante un día o dos.
Lucas no se divirtió ni se rió. El hambre se había adueñado de él otra vez. Me di cuenta de que estaba haciendo su mayor esfuerzo para no atacar a aquella chica que aún se encontraba a dos filas de él.
Cuando la clase fue despedida Lucas se levantó rápidamente de su escritorio casi corriendo hacia la puerta. Samuel y algunos de sus tontos amigos rieron y Samuel dijo: “¿Por qué la prisa Lucas? ¿Qué, no te quedas a cambiar un ‘tampax’?” Otro par de vampiros rieron. Pero ahora Skye estaba frente a él y preguntó: “¿Qué acaso no pueden dejarlo en paz?”
“¿Y a ti qué te importa si no nos gusta ese imbécil?”
“¿Estoy viendo a los imbéciles más grandes de este salón, y no son Lucas?”
Aprovechando que Skye y Samuel estaban enfrascados en su discusión, Lucas corrió fuera. Yo lo seguí, y sólo mi habilidad para atravesar las paredes me hizo capaz de ello. Lucas corría cada vez más rápido sin importarle cómo lo miraban los demás vampiros de los pasillos. Él sólo estaba enfocado en una cosa; Huir.
Lucas atravesó el enorme hall hacia la puerta ventanas que daban al bosque abriéndolas con las dos manos. Hojas doradas crujían debajo de sus pies, y yo podía decir que él se estaba preparando para correr. Él se adentró en el bosque a matar tantas criaturas como pudiera “No otra vez, por favor no otra vez.” Pensé con pesar.
En ese momento apareció Balthazar, como si se hubiera materializado de la nada en frente de Lucas. Él debió usar toda su velocidad de vampiro para alcanzarlo.
“¿Mal día?” preguntó.
“Sal de mi camino.” Gruñó Lucas.
“No” Balthazar tomó a Lucas del brazo y comenzó a jalarlo de vuelta al edificio. “Tú vienes conmigo.”
“¿Qué estás haciendo?” susurré furiosa en su oído.
“Tratando de que no se dañe”
Y eso era lo que quería yo también, pero de esta forma sólo podrían empeorar las cosas.
“Él necesita alejarse de allí. Alejarse de los humanos. ¿No puedes ver eso?”
Él sonrió un poco mientras nos encaminábamos hacia los pasillos. Lo miré extrañada. Él prácticamente arrastraba a Lucas dentro, mientras que éste estaba casi fuera de sí. Pero a Balthazar no parecía importarle, haciéndolo todavía peor mientras me hablaba sin gritar.
“Sé que no confías más en mí, pero vas a tener que lidiar con ello.”
Su destino se convirtió en el salón de esgrima. No había lecciones a esa hora; estaba desierto. Nadie estorbaría.
“Ok” dije una vez que cruzamos la puerta y me permití tomar una forma visible. “Estamos fuera de la audiencia ¿Es eso suficiente?”
“Essuficiente” dijo Lucas mirando a ver si había alguna otra salida “Ahora déjenme solo”
“No puedo hacer eso” dijo Balthazar justo antes de golpear a Lucas en la cara.
Como esperaba. Lucas dio un paso atrás mientras se tocaba la mejilla. Sus ojos negros, demostraban el poco control que le quedaba, como este se iba estrechando, casi al punto de abandonarlo.
“Necesitas dejarlo salir” dijo Balthazar. Se sacó el sweater dejándose sólo la remera. “Entonces vamos a dejarlo salir.”
“No estoy peleando.” La voz de Lucas era forzada.
Balthazar esgrimió contra él. ”Entonces supongo que sólo debo hacerte enfadar un poco.”
Balthazar volvió a arremeter contra él, pero Lucas lo esquivó instintivamente. Él bloqueó el golpe y empujó a Balthazar haciéndolo cruzar el salón. En un instante Balthazar regresó y golpeó a Lucas en el intestino. Lucas lo golpeó más fuerte esta vez haciendo que se golpeara detrás de la cabeza.
“¡Chicos deténganse!” grité. Pero Balthazar no me prestó atención y Lucas no me escuchaba. Ellos eran dos vampiros, dos mounstros, peleando por la dominación, y nada en el mundo importaba más que eso.
Golpes. Sangre. Dolor. Lanzaban un golpe tras otro como animales. Asustada comencé a pensar en la forma de detener aquello. Y me decidí.
“De acuerdo, tiempo de congelar el salón” Para cuando lo veía ya estaba comenzando.
La mirada de locura en los ojos de Lucas. Instantáneamente él se agazapó como un cazador, directamente, como si fuera otra vez un cazador de la cruz negra que estaba de nuevo en una misión. Cada movimiento era enfocado. Cada arremetida era táctica. Peleando así, demostrándole a su oponente lo fuerte que era, esto le daba una oportunidad de sacar toda esa energía que corría por él en aquellos momentos.
Balthazar estaba logrando dejarlo salir. No tenía ni idea. Pero para cuando Lucas le dio una patada en la mejilla, que lo hizo salir volando por el piso, pude ver una mirada lunática en su mirada.
Balthazar gritó desde su lugar en el piso. Colocando dos dedos sobre su boca para luego sacarlos y ver su sangre. “Sólo alguien de la cruz negra se rebajaría a darle una patada en la mejilla a un chico.”
“Sólo alguien con el cuerpo medio podrido me dejaría. ” Lucas sorteó el golpe como si no pudiera creer que él hubiese hecho una broma. Después de eso la pelea había terminado.
Después de unos silenciosos segundos dije: “¿Lucas estás mejor ahora?”
“Sí.” ÉL se fue hacia atrás, mirándonos a nosotros alternativamente. “Sí hombre, gracias.”
“Si necesitas hacerlo otra vez y no tienes a nadie de segunda, búscame. Podríamos practicar, o hacer esgrima, lo que sea necesario para dejarlo salir. Ayuda; ya lo verás.” Dijo Balthazar.
Lucas lo miró como si no se creyese aquello del todo, pero aun así inclinó la cabeza. Lucas extendió su mano para ayudarlo a levantar del piso. Cuando la mirada de Balthazar se encontró con la mía él dijo: “¿Qué tú no me agradeces también? ¿O es que yo tenía razón acerca de algo?”
“Lo disfrutarías” Contesté.
Balthazar sonrió. Levantó su sweater del suelo y acotó: “Iré a darme una ducha antes de clases. Nos vemos luego chicos.”
Una vez que estuvimos solos Lucas dijo: “Lo siento Bianca.”
“¿Por qué?”
“Por quebrarme así en frente de ti”.
“Tú no te quebraste. Tú eras capaz de controlarte”.
“Balthazar fue capaz de controlarse” me corrigió él.
Él tenía razón en ese punto pero necesitábamos enfocarnos en el lado positivo.
“Lo que puedo decirte es que te ves bien” Lo miré mejor. De hecho, con el sudor resbalando por su piel, su cabello revuelto y su uniforme desaliñado, se lo veía adorable y sorprendentemente sexy.
“Si tan sólo pudiéramos tocarnos sin que él sintiera la necesidad de morder.” Pensé desanimada. “Conozco mejores formas de agotar esa energía que él tiene.”
“Me siento… bien.” Lucas permaneció un tanto apartado. “Calmado como no me sentía en mucho tiempo. Es como si finalmente todo este ruido en mi cabeza hubiera cesado y al fin pudiera pensar otra vez.”
Me alegré. “Tal vez sea un buen momento para que comiences a trabajar en tu papel mental.”
“En realidad ¿sabes qué? Éste es un buen momento para meterme en la casa de la señorita Bethany.
“Espera ¿Qué?”
“La señorita Bethany está poniendo trampas para cazar espectros alrededor de la academia ¿verdad? Bueno podríamos protegerte mejor si supiéramos que es lo que está tramando y dónde las está colocando.” Él sonrió y por un momento fue como ver al viejo Lucas, como la primera vez que lo vi… asombroso, agresivo, y no sabía si eso era bueno.
“Parece un poco como romper y entrar.”
“Deberíamos esperar hasta que ella decidiera salir de la academia alguna vez. O al menos que fuera a clases. No creo que esté enseñando en este período. Es peligroso.” dije mientras Lucas aún continuaba bajando las escaleras.
“Siempre va a ser peligroso. Al menos ahora puedo enfocarme en lo que estoy haciendo. Eso ayudará a nuestras posibilidades.”
Yo no estaba del todo convencida, pero Lucas tenía un punto. Además, su misma muerte lo había enviado a eso. “Será mejor que tengas cuidado. Si ella vuelve colgaré guijarros de la ventana o algo así.”
“Suena bien” Él sonrió y en ese momento sentí como si estuviéramos en una grandiosa aventura juntos, como cuando volvimos a vernos a escondidas. Aparentemente robar una casa podía ser algo romántico bajo distintas circunstancias.
Parecía que nadie más estaba en los alrededores de la academia. Lucas era actualmente corto en las clases. Al parecer todos los estudiantes vampiros lo hacían, ello no estaban aquí tanto para aprender de lo nuevo, sino para aprender cómo controlar su hambre, algo que los maestros reconocían tácitamente –pero cuando ellos escapaban usualmente lo hacían por algo más divertido que estar espiando ahí fuera. Cómo si él supiera. Me precipité hacia la casa circular de la señorita Bethany. Me pegué a una ventana haciendo que algunos de los cristales se congelaran. Ella no estaba en su casa. “Está despejado.”
“Ok, mantén el ojo afuera.”
Lucas fue entonces hacia la ventana. Observé como quitaba un pequeño trozo de metal que había al borde de uno de los cristales haciendo que se deslizara hasta su mano. Los otros tres siguieron igual dejando salir el cristal. Aparentemente la señorita Bethany no había cambiado la ventana recientemente. Lucas corrió todo a un lado y metió su mano por el agujero del cristal para dar vuelta al cerrojo. Rápidamente sacó la pequeña maceta que aún estaba allí con las violetas africanas. Entonces se metió a la casa.
Eso fue demasiado rápido y más prolijo de lo que yo lo había hecho. Me consolé un poco a mí misma pensando que él había tenido a su favor toda la fuerza de un vampiro. Quizás luego le preguntaría sobre el tener más de un instinto delictivo.
A través de la ventana pude ver a Lucas caminando por la casa dirigiéndose a su escritorio, donde no había ningún material sobre la cacería de espectros. Seguramente estarían muy bien guardados. Revisé todas las paredes a la vez que lo miraba a él y vigilaba además que la señorita Bethany no se acercara. Pero cuando lo hice sentí aquello otra vez. Me jalaban.
¡Una trampa! Pero antes de que me entrara el pánico me di cuenta de que esta no era la misma sensación de la biblioteca. Aunque aparentemente era el mismo tipo de trampa, había una especie de barrera entre nosotros que no me dejaba caer en ella –unas pruebas de espectros quizás. Al parecer ella había puesto las trampas juntas antes de comenzar a ponerlas en la academia.
Entonces como no me podía capturar, el poder de la trampa me estaba abrumando. Yo podía sentir aquella extraña tirantez a través de mí y estaba siendo lentamente aturdida. Tenía la sensación de estar corriendo como nunca, como si nada tuviera sentido, y el movimiento era posiblemente como hacer demasiado esfuerzo.
Estaba perdiendo la capacidad de enfocarme. Vi, a través de la ventana cómo se movía la mano de Lucas, mientras se dirigía de nuevo hacia el escritorio –llevaba otra caja con el mismo sello como la que había en la biblioteca. Quizás era la misma. Él había notado que había sido reparada sin preguntas al respecto.
Tan pronto como él cerró la caja, la sensación de estar siendo jalada se desvaneció. Esperé, todavía me sentía fatal. El solo hecho de estar cerca de una de esas trampas seriamente era capaz de afectarme.
Por un momento estuve tentada de irme. De dejarlo todo –al menos por un rato. Pero me di cuenta de que quizás fuera más tiempo del que debería. Pasaría bastante hasta que volviera a reunir la fuerza para volver al lugar exacto y más ahora que Lucas seguía buscando.
Justo a tiempo para ver a la señorita Bethany caminar hacia la puerta.
Me tiré contra la ventana. Lucas levantó la cabeza en alerta, pero demasiado tarde. La señorita Bethany estaba entrando a su despacho en ese mismo momento, por lo que Lucas no tuvo más tiempo que de pararse.
Ella se detuvo en la puerta. Por un momento lo único que atinó a hacer fue barrer el lugar con la mirada. El horror me pegó tan profundo que fue como si me hubiese congelado. Lucas miró como mareado.
“Ella va atacarlo, o al menos a echarlo de la academia. No debería haberlo dejado hacer esto”.
Estuve a punto de salir volando hacia la cademia para pedir ayuda, cuando escuché a la señorita Bethany decir:
“Señor Ross sería más eficiente preguntarme directamente lo que quisiera saber”.
Él no se relajó. No se movió. Sus ojos estaban clavados en ella, listo para defenderse o para atacar. “Dudo de me lo dijera.”
“Duda” Ella se dirigió hasta un sillón, el más alejado de la pared. A su lado había otro y con una seña invitó a Lucas a sentarse junto a ella. “La cruz negra enseña a sus cazadores a dudar de todo lo que es nuevo para ellos. Y a creer sólo en sus decretos sobre lo que es el deber. O el sacrificio. E incluso quién es o no un monstruo. ”
La mejilla de Lucas se tensó y yo supe que él estaba recordando el ataque de Kate.
“Ellos pidieron mucho de usted ¿Y que le devolvieron a cambio? Nada, excepto algunos malos hábitos como entrar y robar.”
“No me haga dejar la academia” La voz de Lucas sonaba forzada. Él odiaba tener que rogar.
“El santuario de Medianoche lo protege”. Su voz sonaba extraña. No pude diferenciar en que al principio, pero luego me sonó como… alarmada. “No tengo intención de castigarlo por comportarse de la única manera que siempre conoció. La cruz negra lo fomenta por estar faltos de mano de obra. Allí eso asegura una buena conducta. Aquí. Espero que usted pueda aprender.”
Sí, porque la academia medianoche es la casa de la honestidad. Ahí mentirles a los estudiantes humanos sobre que algunos de sus mejores amigos son unos vampiros está bien –pensé. Podía ver como cambiaba la expresión de Lucas, haciéndose menos alarmada. La señorita Bethany estaba diciendo exactamente lo que él quería oír.
Más increíble, pensé que ella de verdad lo creía.
“Ahora, dígame que era lo que estaba buscando” dijo ella.
“Más información sobre los espectros”.
“¡No!” No podía creer que Lucas le estuviera diciendo nuestros secretos así de fácil.
Él se apresuró a agregar. “Escuché de ellos por Bianca el año pasado. No entiendo por qué ella murió. Si ellos tuvieron algo que ver quiero saberlo. Y quiero venganza.”
La señorita Bethany sonrió, obviamente complacida de haber encontrado un alma afín. Lucas la había convencido de que él quería lo mismo que ella: Cazar a los espectros. Esa era la mejor manera de hacer que ella se abriera hacia él. Debería haber tenido más confianza en él.
Ella hizo un gesto hacia la silla de al lado y él tomó asiento. “Por lo que sé, los espectros creían tener alguna especie de derecho sobre la señorita Ollivier. Está usted al tanto sobre las circunstancias del nacimiento de Bianca.” Dijo ella.
“¿Quiere decir sobre que dos vampiros no pueden crear un bebé sin una especie de asistencia de un espectro? Sí ella me lo dijo.”
“Suena como un cuento de hadas. Supongo que su madre no perdió mucho tiempo contándole historias sobre el Grimm. Sobra decir que una mágica buena madre no le dijo que el bautizo esconde algunos regalos más. Elos tomaron sangre de Cellia. Y a cambio le dieron a ella y a Adrian la posibilidad de crear una nueva vida; al menos por un tiempo.”
Lucas consideró aquello. Sus grandes ojos verdes oscuros estaban clavados en la ventana, como viendo hacia fuera. Yo sabía que él en ese momento no era capaz de verme, pero de alguna manera él sabía exactamente donde estaba.
“Entonces sus padres siempre supieron lo que iba a pasarle.”
“Para ser más precisa sus padres siempre pensaron que seguiría la herencia y que completaría la transformación en cuanto quitara una vida humana. Ellos sabían que la única otra alternativa era que ella muriera.”
“Justo como cualquier chica normal.”
“Lo cual siempre fue algo imposible. A Bianca le fue dada la vida, pero no por mucho.” Dijo ella fríamente.
Me deslicé hacia la tierra y formé una sombra de mi cuerpo. Si alguien pasara en ese momento seguramente podría verme, pero no me importaba. Necesitaba sentir algo sólido a mi alrededor. No fue que la señorita Bethany lo hubiera dicho para herirme; al contrario, se sentía extraño y endemoniadamente correcto. Mi tormento sobre mi propia reacción se debía a desconocer algo de mí misma.
La voz de la señorita Bethany era ahora gentil:
“Es duro para usted escuchar esto ¿verdad? A veces pienso que puedo oír su dolor. Usted no podría haberla salvado señor Ross. No más de lo que lo podrían haber hecho sus padres –aunque ellos nunca aceptaran eso.”
“Yo no pienso que pudiera encontrar la forma.”
“Usted sigue viendo la muerte como la peor cosa que le podría suceder. Y no es así.”
“Sé que hay algo peor que estar muerto. Puesto que yo estoy en ello.” Dijo Lucas como un gruñido.
“Usted extraña estar vivo”. Esperaba que ella le dijera que era un tonto por extrañar aquello. No había nadie que se jactara más sobre ser un vampiro según conocía yo. En cambio dijo:
“También yo”.
“¿Nunca consiguió algo mejor, no?”
“Yo no he dicho eso.”
Atormentada con mi propia melancolía, volví a hacerme transparente y volví a acercarme a la ventana para poder espiar otra vez. La señorita Bethany había colocado su mano en el hombro de Lucas. Y él no se alejó del contacto.
“¿Estaba ella…tirándosele a él?. Rechacé esa idea de inmediato. No era esa clase de gesto. Ellos no estaban dando importancia a aquel gesto, pero en ese momento, justo ahora, La señorita Bethany entendía lo que le ocurría a Lucas mejor que yo.
Preocupada, ella palmeó su hombro. Lucas se ahogó en la sugestión mientras se miraba los pies. Ella salió de la casa junto a él, ajena a que él había entrado rompiéndola. No se apartaron, entraron en el gran hall. Algunos de los estudiantes libres de hora se quedaron observando la escena, ocultando la sorpresa que sintieron al ver como Lucas se podía convertir en la mascota de la señorita de mayor estatus. Yo me pregunté si aquello haría que los otros vampiros retrocedieran, o si por lo menos dejarían de molestarlos.
“La clase de inglés me llama.” Dijo ella: “Entonces ¿espero que haya realizado la lectura?”
“Leí por mi cuenta ese libro hace unos años.”
“Por supuesto ¿Y qué opina?”
“Que Holem Caulfield es un perdedor que necesita algo más qué hacer con su tiempo.”
“Aunque yo hubiera escogido una frase más delicada, su análisis tiene sustancia. Lo que significa que lo llamaré. Esté listo.” Ella observó aquel fascinante, viejo y dorado reloj que ella usaba. “Usted tiene todavía unos minutos si desea ir a darse una ducha.” Y lo dijo de una forma tan encantadora que lo dejó considerándolo.
Ella inmediatamente se dirigió hacia su camino y él se dirigió a las corriendo a las escaleras decidido a hacer lo que se le había sugerido. Él estaba sonriendo. De verdad sonriendo, parecía que lo hacía desde el corazón. Me sentí un poco celosa, hasta que él suspiró: “¿Puedes creerlo?”
“Tú fuiste encantador y dulce con Balthazar.”
“No, me refiero a que ella me dejo salir”.
“De verdad puedes ser encantador cuando quieres.”
“Encantador no es una de mis mejores cualidades.”
“Estoy en desacuerdo, pero…” dije cuidadosamente: “Sabes que no puedes confiar en ella ¿verdad?”
Lucas mantuvo el silencio mientras pasaba por el corredor de los dormitorios de los chicos. Finalmente cuando legó a su habitación dijo:
“Ella pudo atacarme, pero no lo hizo.”
“Ella odia demasiado a la cruz negra, y yo pienso que ella está empezando a tener lástima por todo lo sucedido, pero… ella está muy lejos de que le gusten los fantasmas como yo… y esas trampas. Una de ellas estuvo cerca de matarme.”
“Quizás ella sólo le tema a algo que no puede entender.” Protestó él mientras se sacaba el sweater y la remera, dejándolos hecho un montón en el piso sobre otro montón que sin duda había dejado Balthazar después de ducharse. Los chicos nunca piensan que podrían hacer de paso el lavado.
“Bianca, tú misma sigues temiéndole a los espectros, y tú eres una. Entonces no es una actitud irracional.”
Tenía problemas para imaginarme a la señorita Bethany temiéndole a algo. Pero Lucas no estaba totalmente equivocado en ello tampoco; Ella pudo ver a través de él y llegar a él cuando ninguno de sus mejores amigos había podido, ni siquiera yo.
Justo lo mismo, no podía tener verdadera fé en ella. No todavía. “No le dirás a ella sobre mí ¿verdad? Qué me convertí en un espectro y que estoy aquí contigo.”
Lucas puso una mirada extraña. “¿Está bromeando? ¡Por supuesto que no!”
El alivio pasó a través de mí “Entonces no confías en ella.”
“No sé si confío en ella o no todavía. Pero en lo que respecta a ti no correré más riesgos d lo necesarios. Tus secretos son mis secretos Binca. Nunca dudes de eso.”
Me ruboricé y sentí como una brisa fresca y suave, él cerró los ojos y sonrió.
Él era tan fuerte ahora. Tan feliz. Yo sugerí: “Sabes, me di cuenta de que actualmente… no podemos estar juntos.”
Lucas abrió los ojos y su sonrisa disminuyó.
Antes de que pudiera disculparse dije: “Pero podría observar tu ducha”
Él rió fuerte y alto.
Los siguientes tres minutos fueron asombrosos, en términos de vista. Después de mucho tiempo todavía no podía concentrarme. No cuando veía a un fabuloso, mojado y desnudo Lucas enfocándose delante de mis ojos. Un horrible pensamiento se coló en mi mente y no pude sacármelo.
Seguí pensando; “Es como si cualquiera en el mundo pudiera ayudarlo a él con un pequeño mordisco, cualquiera menos yo. Nunca yo.”
Cada vez que él lograba estar un poco más animado, quizás durante un día o dos, pero luego había algo que lo deprimía otra vez.
Un par de días después, lo espié en su clase de cálculo una que generalmente me saltaba puesto que ya la había tomado el año anterior y había sido suficiente. Cómo era usual Lucas se sentaba al fondo del salón. Pero esta vez no había ninguna barrera invisible alrededor de él. Un par de chicos -chicos vampiro- estaban cerca de él y le prestaban más atención a él que al cálculo que había escrito en el pizarrón.
Me acerqué un poco más y escuché a Lucas susurrar: “Corta ya, ¿ok Samuel?”
El de la punta era Samuel, un nuevo estudiante.
“No puedo cortarlo. Lo sabes tan bien como yo. Tú puedes olerlo también. ”
Otros de los chicos se volvieron hacia adelante, mirando a una chica sentada dos filas más a la derecha, con su cabello rubio.
“Respíralo. Nada mejor que esa chica para provocar.”
Nunca imaginé que los chicos vampiros pudieran oler cuando las chicas humanas tenían sus períodos. Una mortificación retroactiva me golpeaba uno por cada mes que había pasado allí durante dos años. Si tuviera un cuerpo estaría claramente toda roja.
Lucas miró mortificado también, pero ése no era su verdadero problema. Samuel y sus amigos no estaban tratando d embarazarlo, sino de ponerlo hambriento.
Samuel dijo cerca del oído de Lucas: “Tú sólo tienes que pasar el verano eh cazador. Pero tú nunca has matado a alguien. Nunca has tenido sangre humana fresca ¿Pero tú la quieres no?”
Él apretó sus manos contra su escritorio. Sus nudillos se volvieron blancos. Dejó caer las notas que él había estado tomando, obviamente para dejar de ver lo que no quería.
“Este lugar es como un maldito buffet ‘Todo-lo-que-puedas-comer-en-el-día’” Dijo Samuel. “Tantos humanos. Tantas chicas ¿No quieres un trago Lucas? ¿O es que la cruz negra también te hizo entrenar para no alimentarte?”
“Cierra la maldita boca.”
La voz de Samuel era solo un murmullo ahora.
“Tú vas a estar hambriento. Tendrás cada vez más hambre y el hambre dominará tus pensamientos. Una linda chica como aquella quizás. Algún día caerás cazador. Algún día mataras.”
Lucas cerró sus ojos fuertemente.
Suficiente, decidí. Floté por el piso hasta su escritorio. Fuerte y fría fui extendiéndome sobre él. Cubriéndolo al escritorio y luego a él.
Él cayó hacia atrás tirando libros y papeles por todos lados. Los demás comenzaron a gritar. El profesor Raju se cruzó de brazos y dijo: “Jovencito usted nunca aprenderá el balance de las ecuaciones si no puede mantener su propio balance.” El profesor intentó hacer una broma pero los demás aún estaban un tanto asustados. Samuel miraba furioso pero repentinamente se mostró seguro. Sabía que no podría hacer reír a nadie durante un día o dos.
Lucas no se divirtió ni se rió. El hambre se había adueñado de él otra vez. Me di cuenta de que estaba haciendo su mayor esfuerzo para no atacar a aquella chica que aún se encontraba a dos filas de él.
Cuando la clase fue despedida Lucas se levantó rápidamente de su escritorio casi corriendo hacia la puerta. Samuel y algunos de sus tontos amigos rieron y Samuel dijo: “¿Por qué la prisa Lucas? ¿Qué, no te quedas a cambiar un ‘tampax’?” Otro par de vampiros rieron. Pero ahora Skye estaba frente a él y preguntó: “¿Qué acaso no pueden dejarlo en paz?”
“¿Y a ti qué te importa si no nos gusta ese imbécil?”
“¿Estoy viendo a los imbéciles más grandes de este salón, y no son Lucas?”
Aprovechando que Skye y Samuel estaban enfrascados en su discusión, Lucas corrió fuera. Yo lo seguí, y sólo mi habilidad para atravesar las paredes me hizo capaz de ello. Lucas corría cada vez más rápido sin importarle cómo lo miraban los demás vampiros de los pasillos. Él sólo estaba enfocado en una cosa; Huir.
Lucas atravesó el enorme hall hacia la puerta ventanas que daban al bosque abriéndolas con las dos manos. Hojas doradas crujían debajo de sus pies, y yo podía decir que él se estaba preparando para correr. Él se adentró en el bosque a matar tantas criaturas como pudiera “No otra vez, por favor no otra vez.” Pensé con pesar.
En ese momento apareció Balthazar, como si se hubiera materializado de la nada en frente de Lucas. Él debió usar toda su velocidad de vampiro para alcanzarlo.
“¿Mal día?” preguntó.
“Sal de mi camino.” Gruñó Lucas.
“No” Balthazar tomó a Lucas del brazo y comenzó a jalarlo de vuelta al edificio. “Tú vienes conmigo.”
“¿Qué estás haciendo?” susurré furiosa en su oído.
“Tratando de que no se dañe”
Y eso era lo que quería yo también, pero de esta forma sólo podrían empeorar las cosas.
“Él necesita alejarse de allí. Alejarse de los humanos. ¿No puedes ver eso?”
Él sonrió un poco mientras nos encaminábamos hacia los pasillos. Lo miré extrañada. Él prácticamente arrastraba a Lucas dentro, mientras que éste estaba casi fuera de sí. Pero a Balthazar no parecía importarle, haciéndolo todavía peor mientras me hablaba sin gritar.
“Sé que no confías más en mí, pero vas a tener que lidiar con ello.”
Su destino se convirtió en el salón de esgrima. No había lecciones a esa hora; estaba desierto. Nadie estorbaría.
“Ok” dije una vez que cruzamos la puerta y me permití tomar una forma visible. “Estamos fuera de la audiencia ¿Es eso suficiente?”
“Essuficiente” dijo Lucas mirando a ver si había alguna otra salida “Ahora déjenme solo”
“No puedo hacer eso” dijo Balthazar justo antes de golpear a Lucas en la cara.
Como esperaba. Lucas dio un paso atrás mientras se tocaba la mejilla. Sus ojos negros, demostraban el poco control que le quedaba, como este se iba estrechando, casi al punto de abandonarlo.
“Necesitas dejarlo salir” dijo Balthazar. Se sacó el sweater dejándose sólo la remera. “Entonces vamos a dejarlo salir.”
“No estoy peleando.” La voz de Lucas era forzada.
Balthazar esgrimió contra él. ”Entonces supongo que sólo debo hacerte enfadar un poco.”
Balthazar volvió a arremeter contra él, pero Lucas lo esquivó instintivamente. Él bloqueó el golpe y empujó a Balthazar haciéndolo cruzar el salón. En un instante Balthazar regresó y golpeó a Lucas en el intestino. Lucas lo golpeó más fuerte esta vez haciendo que se golpeara detrás de la cabeza.
“¡Chicos deténganse!” grité. Pero Balthazar no me prestó atención y Lucas no me escuchaba. Ellos eran dos vampiros, dos mounstros, peleando por la dominación, y nada en el mundo importaba más que eso.
Golpes. Sangre. Dolor. Lanzaban un golpe tras otro como animales. Asustada comencé a pensar en la forma de detener aquello. Y me decidí.
“De acuerdo, tiempo de congelar el salón” Para cuando lo veía ya estaba comenzando.
La mirada de locura en los ojos de Lucas. Instantáneamente él se agazapó como un cazador, directamente, como si fuera otra vez un cazador de la cruz negra que estaba de nuevo en una misión. Cada movimiento era enfocado. Cada arremetida era táctica. Peleando así, demostrándole a su oponente lo fuerte que era, esto le daba una oportunidad de sacar toda esa energía que corría por él en aquellos momentos.
Balthazar estaba logrando dejarlo salir. No tenía ni idea. Pero para cuando Lucas le dio una patada en la mejilla, que lo hizo salir volando por el piso, pude ver una mirada lunática en su mirada.
Balthazar gritó desde su lugar en el piso. Colocando dos dedos sobre su boca para luego sacarlos y ver su sangre. “Sólo alguien de la cruz negra se rebajaría a darle una patada en la mejilla a un chico.”
“Sólo alguien con el cuerpo medio podrido me dejaría. ” Lucas sorteó el golpe como si no pudiera creer que él hubiese hecho una broma. Después de eso la pelea había terminado.
Después de unos silenciosos segundos dije: “¿Lucas estás mejor ahora?”
“Sí.” ÉL se fue hacia atrás, mirándonos a nosotros alternativamente. “Sí hombre, gracias.”
“Si necesitas hacerlo otra vez y no tienes a nadie de segunda, búscame. Podríamos practicar, o hacer esgrima, lo que sea necesario para dejarlo salir. Ayuda; ya lo verás.” Dijo Balthazar.
Lucas lo miró como si no se creyese aquello del todo, pero aun así inclinó la cabeza. Lucas extendió su mano para ayudarlo a levantar del piso. Cuando la mirada de Balthazar se encontró con la mía él dijo: “¿Qué tú no me agradeces también? ¿O es que yo tenía razón acerca de algo?”
“Lo disfrutarías” Contesté.
Balthazar sonrió. Levantó su sweater del suelo y acotó: “Iré a darme una ducha antes de clases. Nos vemos luego chicos.”
Una vez que estuvimos solos Lucas dijo: “Lo siento Bianca.”
“¿Por qué?”
“Por quebrarme así en frente de ti”.
“Tú no te quebraste. Tú eras capaz de controlarte”.
“Balthazar fue capaz de controlarse” me corrigió él.
Él tenía razón en ese punto pero necesitábamos enfocarnos en el lado positivo.
“Lo que puedo decirte es que te ves bien” Lo miré mejor. De hecho, con el sudor resbalando por su piel, su cabello revuelto y su uniforme desaliñado, se lo veía adorable y sorprendentemente sexy.
“Si tan sólo pudiéramos tocarnos sin que él sintiera la necesidad de morder.” Pensé desanimada. “Conozco mejores formas de agotar esa energía que él tiene.”
“Me siento… bien.” Lucas permaneció un tanto apartado. “Calmado como no me sentía en mucho tiempo. Es como si finalmente todo este ruido en mi cabeza hubiera cesado y al fin pudiera pensar otra vez.”
Me alegré. “Tal vez sea un buen momento para que comiences a trabajar en tu papel mental.”
“En realidad ¿sabes qué? Éste es un buen momento para meterme en la casa de la señorita Bethany.
“Espera ¿Qué?”
“La señorita Bethany está poniendo trampas para cazar espectros alrededor de la academia ¿verdad? Bueno podríamos protegerte mejor si supiéramos que es lo que está tramando y dónde las está colocando.” Él sonrió y por un momento fue como ver al viejo Lucas, como la primera vez que lo vi… asombroso, agresivo, y no sabía si eso era bueno.
“Parece un poco como romper y entrar.”
“Deberíamos esperar hasta que ella decidiera salir de la academia alguna vez. O al menos que fuera a clases. No creo que esté enseñando en este período. Es peligroso.” dije mientras Lucas aún continuaba bajando las escaleras.
“Siempre va a ser peligroso. Al menos ahora puedo enfocarme en lo que estoy haciendo. Eso ayudará a nuestras posibilidades.”
Yo no estaba del todo convencida, pero Lucas tenía un punto. Además, su misma muerte lo había enviado a eso. “Será mejor que tengas cuidado. Si ella vuelve colgaré guijarros de la ventana o algo así.”
“Suena bien” Él sonrió y en ese momento sentí como si estuviéramos en una grandiosa aventura juntos, como cuando volvimos a vernos a escondidas. Aparentemente robar una casa podía ser algo romántico bajo distintas circunstancias.
Parecía que nadie más estaba en los alrededores de la academia. Lucas era actualmente corto en las clases. Al parecer todos los estudiantes vampiros lo hacían, ello no estaban aquí tanto para aprender de lo nuevo, sino para aprender cómo controlar su hambre, algo que los maestros reconocían tácitamente –pero cuando ellos escapaban usualmente lo hacían por algo más divertido que estar espiando ahí fuera. Cómo si él supiera. Me precipité hacia la casa circular de la señorita Bethany. Me pegué a una ventana haciendo que algunos de los cristales se congelaran. Ella no estaba en su casa. “Está despejado.”
“Ok, mantén el ojo afuera.”
Lucas fue entonces hacia la ventana. Observé como quitaba un pequeño trozo de metal que había al borde de uno de los cristales haciendo que se deslizara hasta su mano. Los otros tres siguieron igual dejando salir el cristal. Aparentemente la señorita Bethany no había cambiado la ventana recientemente. Lucas corrió todo a un lado y metió su mano por el agujero del cristal para dar vuelta al cerrojo. Rápidamente sacó la pequeña maceta que aún estaba allí con las violetas africanas. Entonces se metió a la casa.
Eso fue demasiado rápido y más prolijo de lo que yo lo había hecho. Me consolé un poco a mí misma pensando que él había tenido a su favor toda la fuerza de un vampiro. Quizás luego le preguntaría sobre el tener más de un instinto delictivo.
A través de la ventana pude ver a Lucas caminando por la casa dirigiéndose a su escritorio, donde no había ningún material sobre la cacería de espectros. Seguramente estarían muy bien guardados. Revisé todas las paredes a la vez que lo miraba a él y vigilaba además que la señorita Bethany no se acercara. Pero cuando lo hice sentí aquello otra vez. Me jalaban.
¡Una trampa! Pero antes de que me entrara el pánico me di cuenta de que esta no era la misma sensación de la biblioteca. Aunque aparentemente era el mismo tipo de trampa, había una especie de barrera entre nosotros que no me dejaba caer en ella –unas pruebas de espectros quizás. Al parecer ella había puesto las trampas juntas antes de comenzar a ponerlas en la academia.
Entonces como no me podía capturar, el poder de la trampa me estaba abrumando. Yo podía sentir aquella extraña tirantez a través de mí y estaba siendo lentamente aturdida. Tenía la sensación de estar corriendo como nunca, como si nada tuviera sentido, y el movimiento era posiblemente como hacer demasiado esfuerzo.
Estaba perdiendo la capacidad de enfocarme. Vi, a través de la ventana cómo se movía la mano de Lucas, mientras se dirigía de nuevo hacia el escritorio –llevaba otra caja con el mismo sello como la que había en la biblioteca. Quizás era la misma. Él había notado que había sido reparada sin preguntas al respecto.
Tan pronto como él cerró la caja, la sensación de estar siendo jalada se desvaneció. Esperé, todavía me sentía fatal. El solo hecho de estar cerca de una de esas trampas seriamente era capaz de afectarme.
Por un momento estuve tentada de irme. De dejarlo todo –al menos por un rato. Pero me di cuenta de que quizás fuera más tiempo del que debería. Pasaría bastante hasta que volviera a reunir la fuerza para volver al lugar exacto y más ahora que Lucas seguía buscando.
Justo a tiempo para ver a la señorita Bethany caminar hacia la puerta.
Me tiré contra la ventana. Lucas levantó la cabeza en alerta, pero demasiado tarde. La señorita Bethany estaba entrando a su despacho en ese mismo momento, por lo que Lucas no tuvo más tiempo que de pararse.
Ella se detuvo en la puerta. Por un momento lo único que atinó a hacer fue barrer el lugar con la mirada. El horror me pegó tan profundo que fue como si me hubiese congelado. Lucas miró como mareado.
“Ella va atacarlo, o al menos a echarlo de la academia. No debería haberlo dejado hacer esto”.
Estuve a punto de salir volando hacia la cademia para pedir ayuda, cuando escuché a la señorita Bethany decir:
“Señor Ross sería más eficiente preguntarme directamente lo que quisiera saber”.
Él no se relajó. No se movió. Sus ojos estaban clavados en ella, listo para defenderse o para atacar. “Dudo de me lo dijera.”
“Duda” Ella se dirigió hasta un sillón, el más alejado de la pared. A su lado había otro y con una seña invitó a Lucas a sentarse junto a ella. “La cruz negra enseña a sus cazadores a dudar de todo lo que es nuevo para ellos. Y a creer sólo en sus decretos sobre lo que es el deber. O el sacrificio. E incluso quién es o no un monstruo. ”
La mejilla de Lucas se tensó y yo supe que él estaba recordando el ataque de Kate.
“Ellos pidieron mucho de usted ¿Y que le devolvieron a cambio? Nada, excepto algunos malos hábitos como entrar y robar.”
“No me haga dejar la academia” La voz de Lucas sonaba forzada. Él odiaba tener que rogar.
“El santuario de Medianoche lo protege”. Su voz sonaba extraña. No pude diferenciar en que al principio, pero luego me sonó como… alarmada. “No tengo intención de castigarlo por comportarse de la única manera que siempre conoció. La cruz negra lo fomenta por estar faltos de mano de obra. Allí eso asegura una buena conducta. Aquí. Espero que usted pueda aprender.”
Sí, porque la academia medianoche es la casa de la honestidad. Ahí mentirles a los estudiantes humanos sobre que algunos de sus mejores amigos son unos vampiros está bien –pensé. Podía ver como cambiaba la expresión de Lucas, haciéndose menos alarmada. La señorita Bethany estaba diciendo exactamente lo que él quería oír.
Más increíble, pensé que ella de verdad lo creía.
“Ahora, dígame que era lo que estaba buscando” dijo ella.
“Más información sobre los espectros”.
“¡No!” No podía creer que Lucas le estuviera diciendo nuestros secretos así de fácil.
Él se apresuró a agregar. “Escuché de ellos por Bianca el año pasado. No entiendo por qué ella murió. Si ellos tuvieron algo que ver quiero saberlo. Y quiero venganza.”
La señorita Bethany sonrió, obviamente complacida de haber encontrado un alma afín. Lucas la había convencido de que él quería lo mismo que ella: Cazar a los espectros. Esa era la mejor manera de hacer que ella se abriera hacia él. Debería haber tenido más confianza en él.
Ella hizo un gesto hacia la silla de al lado y él tomó asiento. “Por lo que sé, los espectros creían tener alguna especie de derecho sobre la señorita Ollivier. Está usted al tanto sobre las circunstancias del nacimiento de Bianca.” Dijo ella.
“¿Quiere decir sobre que dos vampiros no pueden crear un bebé sin una especie de asistencia de un espectro? Sí ella me lo dijo.”
“Suena como un cuento de hadas. Supongo que su madre no perdió mucho tiempo contándole historias sobre el Grimm. Sobra decir que una mágica buena madre no le dijo que el bautizo esconde algunos regalos más. Elos tomaron sangre de Cellia. Y a cambio le dieron a ella y a Adrian la posibilidad de crear una nueva vida; al menos por un tiempo.”
Lucas consideró aquello. Sus grandes ojos verdes oscuros estaban clavados en la ventana, como viendo hacia fuera. Yo sabía que él en ese momento no era capaz de verme, pero de alguna manera él sabía exactamente donde estaba.
“Entonces sus padres siempre supieron lo que iba a pasarle.”
“Para ser más precisa sus padres siempre pensaron que seguiría la herencia y que completaría la transformación en cuanto quitara una vida humana. Ellos sabían que la única otra alternativa era que ella muriera.”
“Justo como cualquier chica normal.”
“Lo cual siempre fue algo imposible. A Bianca le fue dada la vida, pero no por mucho.” Dijo ella fríamente.
Me deslicé hacia la tierra y formé una sombra de mi cuerpo. Si alguien pasara en ese momento seguramente podría verme, pero no me importaba. Necesitaba sentir algo sólido a mi alrededor. No fue que la señorita Bethany lo hubiera dicho para herirme; al contrario, se sentía extraño y endemoniadamente correcto. Mi tormento sobre mi propia reacción se debía a desconocer algo de mí misma.
La voz de la señorita Bethany era ahora gentil:
“Es duro para usted escuchar esto ¿verdad? A veces pienso que puedo oír su dolor. Usted no podría haberla salvado señor Ross. No más de lo que lo podrían haber hecho sus padres –aunque ellos nunca aceptaran eso.”
“Yo no pienso que pudiera encontrar la forma.”
“Usted sigue viendo la muerte como la peor cosa que le podría suceder. Y no es así.”
“Sé que hay algo peor que estar muerto. Puesto que yo estoy en ello.” Dijo Lucas como un gruñido.
“Usted extraña estar vivo”. Esperaba que ella le dijera que era un tonto por extrañar aquello. No había nadie que se jactara más sobre ser un vampiro según conocía yo. En cambio dijo:
“También yo”.
“¿Nunca consiguió algo mejor, no?”
“Yo no he dicho eso.”
Atormentada con mi propia melancolía, volví a hacerme transparente y volví a acercarme a la ventana para poder espiar otra vez. La señorita Bethany había colocado su mano en el hombro de Lucas. Y él no se alejó del contacto.
“¿Estaba ella…tirándosele a él?. Rechacé esa idea de inmediato. No era esa clase de gesto. Ellos no estaban dando importancia a aquel gesto, pero en ese momento, justo ahora, La señorita Bethany entendía lo que le ocurría a Lucas mejor que yo.
Preocupada, ella palmeó su hombro. Lucas se ahogó en la sugestión mientras se miraba los pies. Ella salió de la casa junto a él, ajena a que él había entrado rompiéndola. No se apartaron, entraron en el gran hall. Algunos de los estudiantes libres de hora se quedaron observando la escena, ocultando la sorpresa que sintieron al ver como Lucas se podía convertir en la mascota de la señorita de mayor estatus. Yo me pregunté si aquello haría que los otros vampiros retrocedieran, o si por lo menos dejarían de molestarlos.
“La clase de inglés me llama.” Dijo ella: “Entonces ¿espero que haya realizado la lectura?”
“Leí por mi cuenta ese libro hace unos años.”
“Por supuesto ¿Y qué opina?”
“Que Holem Caulfield es un perdedor que necesita algo más qué hacer con su tiempo.”
“Aunque yo hubiera escogido una frase más delicada, su análisis tiene sustancia. Lo que significa que lo llamaré. Esté listo.” Ella observó aquel fascinante, viejo y dorado reloj que ella usaba. “Usted tiene todavía unos minutos si desea ir a darse una ducha.” Y lo dijo de una forma tan encantadora que lo dejó considerándolo.
Ella inmediatamente se dirigió hacia su camino y él se dirigió a las corriendo a las escaleras decidido a hacer lo que se le había sugerido. Él estaba sonriendo. De verdad sonriendo, parecía que lo hacía desde el corazón. Me sentí un poco celosa, hasta que él suspiró: “¿Puedes creerlo?”
“Tú fuiste encantador y dulce con Balthazar.”
“No, me refiero a que ella me dejo salir”.
“De verdad puedes ser encantador cuando quieres.”
“Encantador no es una de mis mejores cualidades.”
“Estoy en desacuerdo, pero…” dije cuidadosamente: “Sabes que no puedes confiar en ella ¿verdad?”
Lucas mantuvo el silencio mientras pasaba por el corredor de los dormitorios de los chicos. Finalmente cuando legó a su habitación dijo:
“Ella pudo atacarme, pero no lo hizo.”
“Ella odia demasiado a la cruz negra, y yo pienso que ella está empezando a tener lástima por todo lo sucedido, pero… ella está muy lejos de que le gusten los fantasmas como yo… y esas trampas. Una de ellas estuvo cerca de matarme.”
“Quizás ella sólo le tema a algo que no puede entender.” Protestó él mientras se sacaba el sweater y la remera, dejándolos hecho un montón en el piso sobre otro montón que sin duda había dejado Balthazar después de ducharse. Los chicos nunca piensan que podrían hacer de paso el lavado.
“Bianca, tú misma sigues temiéndole a los espectros, y tú eres una. Entonces no es una actitud irracional.”
Tenía problemas para imaginarme a la señorita Bethany temiéndole a algo. Pero Lucas no estaba totalmente equivocado en ello tampoco; Ella pudo ver a través de él y llegar a él cuando ninguno de sus mejores amigos había podido, ni siquiera yo.
Justo lo mismo, no podía tener verdadera fé en ella. No todavía. “No le dirás a ella sobre mí ¿verdad? Qué me convertí en un espectro y que estoy aquí contigo.”
Lucas puso una mirada extraña. “¿Está bromeando? ¡Por supuesto que no!”
El alivio pasó a través de mí “Entonces no confías en ella.”
“No sé si confío en ella o no todavía. Pero en lo que respecta a ti no correré más riesgos d lo necesarios. Tus secretos son mis secretos Binca. Nunca dudes de eso.”
Me ruboricé y sentí como una brisa fresca y suave, él cerró los ojos y sonrió.
Él era tan fuerte ahora. Tan feliz. Yo sugerí: “Sabes, me di cuenta de que actualmente… no podemos estar juntos.”
Lucas abrió los ojos y su sonrisa disminuyó.
Antes de que pudiera disculparse dije: “Pero podría observar tu ducha”
Él rió fuerte y alto.
Los siguientes tres minutos fueron asombrosos, en términos de vista. Después de mucho tiempo todavía no podía concentrarme. No cuando veía a un fabuloso, mojado y desnudo Lucas enfocándose delante de mis ojos. Un horrible pensamiento se coló en mi mente y no pude sacármelo.
Seguí pensando; “Es como si cualquiera en el mundo pudiera ayudarlo a él con un pequeño mordisco, cualquiera menos yo. Nunca yo.”
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